Reza un dicho que dice “Cada cabeza es un mundo” y ciertamente somos tan diferentes entre sí que el dolor se puede asumir de diferentes maneras depende de cómo se afronte, entendiendo la situación que lo origina y sobre todo creo la más importante aceptar que nos puede tocar el sufrimiento.

Para algunos, cuando pasan por crisis emocionales, el dolor lo toman como un proceso de experiencias enriquecedoras, mientras que para otros les es más sencillo dejar que “la victimitis” se apodere de ellos y por supuesto que se convierte en un impedimento que no permite avanzar.

Es muy importante que dejemos entrar el dolor para aprender a lidiar con él, y ver qué actitud tomar ante la situación, pero sobre todo que las decisiones que se tomen sean determinantes para que no se convierta en un dolor crónico que la mayoría de las veces desencadena afecciones físicas.

El dolor lo causa un sufrimiento profundo, ya sea que hayas peleado con la persona que amas, con algún familiar o hasta con alguna amistad que estimes, cuando se pasa por estos momentos es difícil darle tiempo al tiempo para que sane las heridas, porque todos tenemos esa necesidad imperante de ser felices cuanto antes y el mayor tiempo posible.

Sentir alivio en nuestro dolor emocional requiere de dos cosas muy importantes:

  1. Cambiar o ampliar las expectativas de tu pensamiento. ¿Cómo lo puedes hacer? Filtrando todas las emociones que sientes para permitirte ver con más claridad la situación que te está afectando
  2. No reprimas el dolor, al contrario, deja que entre sin que te enganches con pensamientos de víctima, ten la seguridad que con el paso de los días ese dolor que sientes tomará su cauce y poco a poco tus heridas empezarán a sanar hasta que te recuperes por completo y te sientes fortalecida.

 

Todos, absolutamente todos, tenemos la capacidad de observar el dolor y manejar en forma exitosa las frustraciones, las ansiedades y angustias que nos provoca el pensar negativamente y cuando solamente vemos el lado más oscuro con que trabaja nuestra mente, es porque estamos tapando la luz que nos está esperando del otro lado de la balanza.

Estar consciente del sufrimiento es una habilidad que puedes ir desarrollando, por ejemplo elige no alimentarte de pensamientos que sabes que te hacen daño, las experiencias por las que pasas a diario te deben de ir fortaleciendo y cuando das un tropiezo, no precisamente te tienes que caer, puedes tambalearte sin perder por completo el equilibrio, esta es otra forma de impedir que situaciones externas que te hacen daño se apropien de tu vida.

Algunos consejos que pueden ayudarte:

1.-       Alimenta tu autoestima, haz una lista de tus mejores cualidades y fortalezas y trabaja todos los días en ellas.

2.-       No actúes imprudentemente ni en forma impulsiva, lo que es lo mismo, piensa antes de actuar, no elijas hacer cosas que en realidad no quieres.

3.-       Llorar es la mejor medicina para el alma, aunque pareciera que tu dolor aumenta, no es así; Deja correr libremente tus lágrimas sin pensar en nada, solamente siente como si estuvieras vaciando un cuenco que ya está lleno y verás que casi sin darte cuenta poco a poco quedarás por completo con el alma limpia, y te sentirás mejor.

4.-       Procura relacionarte más con personas que aporten cosas positivas a tu vida, rodéate con quienes vayan en tu misma dirección, que te motiven a hacer una mejor versión de ti misma.

5.-       Aprende a disfrutar la soledad, asume el tiempo que puedes disfrutar estando a solas para que alimentes tus fortalezas y cada día sean menos tus debilidades.

Lo más importante para vencer cualquier situación es NO aferrarte para evitar sufrimientos posteriores, nada en esta vida es insuperable y sobre todo NADA es para siempre.

Atrévete a vivir cada momento de tu vida como si fuera el último, recuerda que nada te pertenece, solamente aprende a tomar lo bueno de cada cosa, porque si te das cuenta gran parte de nuestros problemas son el resultado de aferrarnos a lo que creemos que durará para siempre, se trate de personas o cosas materiales.

Asume que la tristeza no se va de la noche a la mañana, pero lo que si es seguro es que la actitud que tomes frente a la vida es lo que te va a motivar a salir adelante.

 

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