24En tus manos dejo

el fulgor del hacha que cortó la raíz

compañero poeta

resonando mi aliento

en intensidad de rosas y abismos

tú que siembras agujeros

en la consistencia de la nada

haciendo brotar música de la soledad

 

En tus manos dejo

el arrullo de la tierra bajo los latidos del agua

el Sol ordeñando los pechos del deseo

el alba muscular del rojo implícito

el nido secular en la cálida penumbra

el parto del universo con su olor de hembra y jazmín

la lágrima del macho en la niebla

 

Y me voy viento abajo hacia los astros exilados

Con los relámpagos y hormigas que componen mi   sueño.

 

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