Los mejores destinos del mundo para viajar solo

Un viaje en solitario no tiene por qué ser un mal plan, al contrario, nos puede ayudar a conocernos mejor, disfrutar más del paisaje y sacar nuestro espíritu aventurero. Tanto si eres hombre como si eres mujer, descubrir lugares nuevos y afrontar nuevas experiencias en solitario no nos irá nada mal.

A la hora de escoger un destino para ir en solitario, hay que tener cuidado porque hay lugares más seguros que otros, más accesibles y no todo vale, ya que un mal destino puede acabar con nuestras ilusiones.

Atención, pues a las siguientes propuestas:

• Portugal: Por su pequeño tamaño, su buen clima a lo largo de todo el año, sus bellas y extensas playas y su ambiente relajado y amigable hacen que este país sea óptimo para visitar en solitario.
• Dinamarca: las distancias cortas y su gran número de atracciones turísticas hacen de Dinamarca un buen lugar para visitar en solitario. Está bien ubicado geográficamente y tiene unos niveles de seguridad buenos.
• Tanzania: al contrario de lo que podía creer hasta ahora, hay ciertas zonas de África donde se puede viajar en solitario sin problema. En este caso, aconsejable ir con un tour contratado y un guía, tanto para conocer a otras personas, como para ir acompañado en un terreno difícil y porque al final sale a mejor precio.
• Filipinas: Que el idioma oficial sea el inglés y que esté lleno de “backpackers” y gente joven es uno de los atractivos para viajar solo hasta allí.
• Croacia: se trata de uno de los países más seguros del mundo y está lleno de monumentos que son patrimonio de la humanidad. ¿Necesitas algún motivo más?
• Nueva Zelanda: Si te gustan los desiertos, las playas y los animales, este es tu destino. Su sistema de transporte es excelente, con lo que viajar solo es muy recomendable.

Si no te llama la atención ninguno de estos destinos, te propongo que tú mismo te traces una ruta y organices un viaje, pero siempre teniendo en cuenta estudios y opiniones de personas sobre el país, para que no te lleves después una sorpresa.

Sigue leyendo a Abel Díaz