En Estados Unidos de América se ha dado una ola de asesinatos a estudiantes y civiles que llevan a replantear la segunda enmienda de tan polémico país (el derecho a la posesión y portación de armas). En la universidad me hicieron creer que esa enmienda preparaba a los ciudadanos para tener la fuerza y el armamento necesario para levantarse en armas en caso de que llegara al poder algún tirano, entonces no sonaba tan mala la idea. La realidad es que existen otros países con enmiendas parecidas, Suiza y Canadá, lo que me hace pensar que el problema radica en la sociedad americana, completamente enferma por otras razones, y no en la enmienda misma.

armas1 Los conservadores defienden el derecho a portar armas porque ello los hace “libres”. Su argumento favorito es creer que lo único que detiene a un hombre “malo” con un arma es otro hombre “bueno” con una mejor arma. Se desvía totalmente la atención de la gravedad de la posesión de armas hacia las personas que utilizan las armas, o bien a los responsables de la seguridad, derivado de los lamentables sucesos y la cantidad de víctimas que se han dado. Ya es hora de replantearse este argumento y darse cuenta que esa facilidad para obtener un arma es lo que está poniendo en peligro su verdadera libertad.Santa Bárbara, Connecticut, Virginia, Texas, Fort Hood, Aurora, San Bernardino, son algunos de los lugares donde se ha dado este tipo de reacciones por parte de ciudadanos en posesión de armas. En ninguno de ellos han sido pocas las víctimas, y si a ello multiplicamos el daño a familias y sociedad, ya no es un daño mínimo el que se está viviendo por esta libertad de poseer una herramienta que siempre será un peligro latente. Hay mas muertes por arma de fuego en los Estados Unidos que por ataques terroristas. Ya es inútil modificar la segunda enmienda o generar alguna prohibición, pues son millones de armas las que se encuentran en posesión de millones de ciudadanos esperando a protagonizar, como Michael Douglas, su “día de furia”.

Considero que el mayor desafío es corregir la pobreza humana en la que estamos viviendo, retomar el sistema de valores y dejar de ser “políticamente correctos” para empezar a ser imperfectos, abiertamente diferentes y aceptados. Esta rectitud con la que se trata de vivir, de actuar y de uniformar el pensamiento humano es lo que genera el odio entre los individuos. No somos iguales, nunca lo fuimos y qué bueno, no me imagino una paleta de colores llena de tonos similares. La diferencia, la diversidad es lo que enriquece al mundo, entonces ¿por qué no dejamos de jugar a ser políticamente correctos y enseñamos a los niños a aceptarse con diferencias, con tolerancia? Hoy día el daño está hecho, no hay manera de controlar, ni de frenar la circulación de armas pero sí hay manera de preparar cerebros que no las usen, que las repudien, de cambiar paradigmas y entender que las diferencias no nos hacen enemigos, que los discursos de odio no hacen más que evidenciar carencia de amor en la vida de los individuos y darnos cuenta de que, de seguir así, estamos perdidos como humanidad.

armas2 Ya decía Séneca: A los que con armas vencen, los vencen muchas veces los vicios, y sí, los vicios de videojuegos, la soledad de los niños, la perfección de vivir, las metas imposibles, los discursos de odio, esa necesidad imperiosa de querer más, la doble moral, el tener la razón, están dando fruto, una sociedad enferma, agotada, vengativa, una bomba de tiempo en casa. A los jóvenes hay que decirles la verdad y explicarles las consecuencias de su actuar. Erradicar el juicio para captar los requerimientos de una sensibilidad ajena, trascender el egoísmo, terminar con el desamparo y la angustia existencial, el peor sufrimiento humano es el vacío emocional y éste genera conductas compulsivas, vicios, tales como la obsesión por el dinero, el poder, el trabajo, la comida, las drogas, el sexo de manera irresponsable, el alcohol, el fanatismo, autoritarismo, manipulación, las armas. Tristemente Estados Unidos es hoy víctima de sus vicios.

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