Parece que es una moda, pero no es así, es una consecuencia de las carencias de los tiempos en los que vivimos, que desafortunadamente lastran muchas buenas ideas. Hoy en día ya casi no queda capital para emprender, o al menos eso parece, y sucede que hay brillantes ideas en las cabezas de muchas personas, pero sin capital para emprender.

Bootstrapping. Fabricando el propio camino

Bootstrapping. Fabricando el propio camino

Pero sucede también que los portadores de esas días se niegan a renunciar a materializarlas. Quieren emprender, sin esperar a mañana, para ellos el momento es ya, y no se pueden permitir el lujo de andar buscando fuentes de financiación externa que es posible que ya se hayan secado, por lo que deciden saltarse la infructuosa búsqueda.

Tampoco pueden, si es que los encuentran, dedicar su tiempo y atención en encontrar y negociar con inversores con los que tenga que establecer interminables reuniones para que al final deban tomar un camino que no se parezca ni remotamente a la idea original que lo inició todo.
No hay tiempo para detalles periféricos, no hay medios para distracciones superfluas, ni necesidad de enfrascarse en titubeantes y farragosos anteproyectos y planes de negocio.

Sólo hay tiempo para ponerse en marcha, para captar clientes y proporcionar el servicio que es el núcleo de la idea, de tu idea, lo que te mueve y hace vibrar, esa original idea, que aun con poco o ningún capital previo, son los clientes quienes verdaderamente la sustentan, el combustible que hace que la idea arranque y eche a andar.

Bootstrapping. Fabricando el propio camino

Bootstrapping. Fabricando el propio camino

Eso es a grandes rasgos el bootstrapping, que puede que su avance sea un poco más lento, que sea más duro de llevar a cabo que el método tradicional, pero es desde luego un camino mucho más directo para llegar al objetivo marcado. Con lo esencial, que son los clientes, y un poco de autopromoción es posible materializar las ideas, pues hay muchos casos de éxito como precedentes en esta poco ortodoxa forma de actuar, como por ejemplo Goldstar, que se dedica a la venta de entradas online. Esa es una de las más reciente, pero hay que recordar que grandes compañías, como Microsoft o Apple, empezaron haciendo bootstrapping.

Todo esto es más que suficiente para ratificar que el bootstrapping no es tan sólo es una teoría utópica, es una metodología que funciona, que siempre ha funcionado cuando el servicio o producto es innovador y eficiente.

 

 

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