La evolución del internet ha acentuado la ambición de los grupos que aspiran a controlar y manipular a una sociedad vulnerable y lejos de parecer una tarea difícil, el ciberespacio a pesar de poseer sistemas complejos, permite la existencia de ventanas frágiles donde se ha logrado infiltrar una inquietante forma de terrorismo: el ciberterrorismo, cuya definición se simplifica en la intervención ilegal sobre las tecnologías de la información facilitando la ejecución de planes que generen actos violentos así como la difusión de amenazas y campañas de desprestigio hacia grupos o personas que se encuentran en la mira buscando posiciones de poder e influencia.

Uno de los grupos que han causado más controversia por sus intervenciones en el ciberespacio es “Anonymous” quienes recientemente acusaron a la candidata demócrata por la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton, de realizar acciones que ellos catalogan como “crímenes contra los estadounidenses y contra la humanidad”; esto a raíz de las publicaciones hechas por el sitio web de “Wikileaks” donde se tiene acceso a documentos con e-mails extraídos de las cuentas electrónicas de la candidata. Mientras que Anonymous amenaza a Hillary Clinton con su ya conocido lema “ni perdonaremos ni olvidaremos”, ella afrontó una investigación por parte del FBI, pero finalmente se anunció que no se recomienda levantar cargos en su contra.

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No obstante, la controversia afectó en gran medida la carrera presidencial de Hillary Clinton, teniendo que exponerse a incómodos interrogatorios donde se le cuestiona sobre la manipulación de la información. Estos hechos han despertado el interés de sus opositores para exigir que se le descalifique como aspirante presidencial y que se realicen investigaciones independientes e imparciales. Ahora Hillary Clinton deberá emprender una batalla para obtener nuevamente una ventaja en la contienda por la presidencia de los Estados Unidos, objetivo que no le será fácil alcanzar cuando las amenazas de inculparla con la publicación de nuevos archivos privados sigan en medio de su candidatura.

El caso de Clinton es un ejemplo del alcance que representa actualmente la mafia del ciberterrorismo, pero se sabe que hay un profundo hoyo por cavar detrás de las grandes influencias y potencias mundiales que esconden información, cifras y datos que fluctuarían sus objetivos al ser de dominio público. Es por lo anterior que el ciberterrorismo cambia el panorama entre los países y grupos en conflicto, no se podrá ocultar el hecho de actuar bajo el impulso de la ambición ya que se está cada vez más cerca de poder desmantelar con facilidad cualquier infraestructura gubernamental.

 

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