En este ejercicio de comparar historias bíblicas en el corporativo hoy le toca a la compleja historia de La Torre de Babel, ese relato que expone al comportamiento humano, el ego y el conflicto, donde podemos ver paralelismos interesantes entre los desafíos que enfrentaron los constructores y los que enfrentan las corporaciones en gestionar equipos funcionales; la finalidad de aquella construcción era hacer una torre que llegase al cielo motivados en el orgullo, soberbia y autosuficiencia (sin involucrar a Dios), la finalidad era trascender los límites humanos y alcanzar la grandeza; si lo llevamos al ámbito corporativo es como si nos brincáramos los valores, misión y visión de la empresa y enfocamos el crecimiento en poder sin alinear al equipo en un propósito claro.

El reto de esta historia es justamente entender la comunicación fragmentada, esa confusión de lenguas que fue el catalizador que detuvo tan magnánimo proyecto, Dios confundió las lenguas de los constructores, impidiéndoles continuar con su proyecto debido a la falta de comunicación; en cualquier empresa el tema mas complejo es la comunicación, desde las multinacionales con equipos globales y multiculturales hasta oficinas sencillas que literalmente no hablan el mismo idioma, lo que genera malos entendidos, errores y falta de cohesión; las diferencias en los equipos de trabajo pueden terminar con un desastre operativo.

Como en la Torre de Babel, la falta de estructura y alineación lleva a la fragmentación, un líder, un buen líder, no debe tomar decisiones para prestigio propio o acumular poder, esto a la larga nunca será sostenible, un gran líder debería centrarse en el bien común, en motivar a sus equipos y en crear un legado corporativo, esta historia nos ofrece muchas lecciones sobre los peligros del ego, la importancia de la comunicación y el equilibrio entre individualidad y colectividad: Acabar con la hybris (arrogancia excesiva).

La Torre de Babel debería ser lectura obligada para advertirnos de los peligros de un crecimiento desmesurado, la mala comunicación y la soberbia en las organizaciones debe convertirse en una comunicación clara, un bien colectivo y una planificación sólida de lo contrario la incomprensión y la falta de unidad generaran ruptura de la cooperación y la disolución del grupo empresarial.

La Torre de Babel nos habla de la diversidad cultural y lingüística de la humanidad, una alegoría de la diversidad étnica y fragmentación social que desemboca en un desafío a la comunicación, una invitación solemne a reflexionar sobre la diversidad cultural, los límites del poder y los dilemas de la globalización y la identidad.

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