Tras la Segunda Guerra Mundial las naciones pusieron empeño en preservar la paz y la
concordia a través de la ONU. Asimismo, las principales potencias se comprometieron a
respetar una serie de preceptos para evitar nuevos brotes de invasiones imperialistas y
totalitarismos militaristas de corte fascista que pudieran poner de nuevo en peligro la paz
mundial.
Cabe preguntarse qué es en realidad el fascismo y en qué formas puede manifestarse.
También conviene preguntarse si en el presente o en el futuro pueden aparecer nuevas
formas de fascismo de un modo encubierto.
En el pasado el fascismo se manifestó por medio de un imperialismo militarista exaltando
la grandeza de la nación por encima del individuo. También incluyó formas de un férreo
control policial hacia los ciudadanos dentro de un estricto orden que no admitía disensiones.
El racismo y la xenofobia también entraban entre sus valores para evitar la contaminación
racial y cultural de la nación. Todo ello condujo a algunos de los momentos más aberrantes
de la historia de la humanidad.


Actualmente resulta paradójico que las naciones que se vieron enfrentadas en la guerra
fría que derivó de la división de bloques tras la Segunda Guerra Mundial violen o ignoren
algunos de los valores fundacionales de la ONU. Nuevas formas de xenofobia y férreo
control policial de la ciudadanía se están implantado en ciertos países y particularmente en
Rusia y Estados Unidos. Esto está derivando en un recorte de las libertades que recuerda
en cierto modo el control de la ciudadanía en regímenes fascistas. No es osado definir estas
formas de gobierno como neofascistas. En el mundo actual es muy preocupante que dos de
las principales potencias vayan por este camino. Tampoco hay que olvidar el caso de China,
donde las libertades individuales solo son respetadas entre los adeptos al régimen.
Sin duda en el futuro las nuevas tecnologías ayudarán al control de la ciudadanía
adoptando en algunos casos manipulaciones de corte neofascista. Las nuevas tecnologías
se volverán en contra de las personas permitiendo su control absoluto por parte de los
estados. Sin ser conscientes de ello, los ciudadanos verán recortadas progresivamente sus
libertades bajo la falsa promesa de la protección social. En el futuro el fascismo adoptará
formas encubiertas muy sofisticadas en el control de las personas; algunas de las
principales potencias ya dan muestra de esta tendencia.
Múltiples barreras se oponen a la globalización económica y, sobre todo, cultural. En el
mundo en realidad no hay varias civilizaciones, sino diversas culturas formando parte de la
misma civilización. Todos viajamos en la misma nave y no se puede dividir con barreras
para aislar a las distintas culturas. La prevención de la contaminación cultural también es
una forma de fascismo, ya que todas las culturas tienen algo positivo que aportar al
conjunto de la civilización. Por otra parte, el aislamiento cultural también implica racismo y
xenofobia.
Las nuevas tecnologías deben contribuir a la difusión cultural y no a la manipulación y el
control de las personas como ya está ocurriendo.
El fascismo no ha desaparecido, sino que está evolucionando hacia nuevas formas.

 

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