Festejando a mamá en UK

A diferencia del sabido 10 de mayo en México, en el Reino Unido el día de las madres se festeja el cuarto domingo de Cuaresma, por lo que el pasado domingo 6 de marzo las madres que vivimos aquí estuvimos muy contentas festejando y mandándonos mensajes de amor unas a otras en Facebook, Whatsapp y demás. En uno de estos mensajes una amiga mía que es inglesa explicó que el Mother´s day aquí no tiene nada que ver con el de Estados Unidos y otros países y explicó brevemente la historia de éste, lo cual me llevó a escribir este artículo ya que como mi madre falleció cuando yo era muy chica siempre había menospreciado esta festividad sin siquiera pensar en su origen.

Rea

En el llamado Mothering Sunday la gente acudía a su Iglesia Madre, es decir la principal iglesia, el cuarto domingo de la cuaresma para el Laetare Sunday o Domingo de Gozo. Usualmente acudían a la iglesia con sus madres y familiares ya que no había muchas oportunidades de reunirse con ellos y a los niños y adolescentes que trabajaban al servicio de la nobleza les era dado ese día libre para que pudieran ir a su “madre” (iglesia). Los niños entonces recogían flores a lo largo del camino a la iglesia para dárselo a sus madres.

Desde entonces el cuarto domingo de cuaresma se adoptó para celebrar el día de las madres, el cual se festeja prácticamente igual que en México: regalos, flores e invitaciones a comer, además de las tarjetas de felicitación, las cuales en México ya no se usan mucho. Sin embargo, la mejor experiencia para mí en esta celebración debo decir que fueron los cálidos mensajes de mis amigas mexicanas en Facebook. Fue un verdadero deleite ver hermosos mensajes de las mamás, futuras mamás y aspirantes a mamás lo que me llevó a pensar que las madres mexicanas somos un clan especial. Tenemos parodias excelentes porque todas caemos de una u otra forma en los mismos clichés, pero nuestra marca registrada es que para nosotras la maternidad es fuente de nuestra fuerza. Como Rea, somos capaces de cualquier cosa para proteger a nuestros retoños… aunque lleguen sin suéter de la escuela.

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