Reconciliarse con el pasado es tomar las riendas de tu futuro, es aceptar las experiencias que has vivido, es tomar los conocimientos adquiridos y analizar qué es lo que te ha resultado y qué no.

Una herramienta que nos ayudará a canalizar y darle su verdadero lugar a las cosas buenas o malas que sucedieron es canalizar nuestro pensamiento y analizar qué hemos hecho y hacia dónde vamos; esto siempre va a ir en función de una mejora y un crecimiento personal, también nos ayudará a conocer nuestras fortalezas y debilidades y nos facilitará llegar a donde queramos, porque ya contamos con una experiencia y resultado previos.

Nuestros proyectos personales no siempre se pueden llevar a cabo en tiempo y forma, aquí lo más importante es: No aferrarse, soltar, fluir, y no dejarse influenciar por opiniones de personas cercanas, que aunque lo hagan de buena fe, puede ser que terminemos haciendo cosas que no nos satisfacen y mucho menos que nos gusten.

 

¿Qué podemos hacer? Vivir el presente examinando en forma constante nuestras acciones, esto nos va a llevar a  conocernos, ser congruentes en nuestra manera de pensar y actuar, identificar qué es lo que nos gusta y qué no, hacia donde queremos ir, qué camino es el mejor, armar diferentes planes A,B,C que sean medibles, realizables y reconocer que ya contamos con más experiencia y ahora ya sabemos qué rumbo debemos de tomar.

Es importante tomar el pasado solamente para fortalecernos y reconciliarnos con nosotros mismos, planear nuestra existencia y  llevar a la práctica acciones que nos hagan sentir plenos y satisfechos y la única manera de hacerlo y lograrlo es dejar de juzgar y calificar nuestras experiencias pasadas.

Reconocer qué nos ha traído de bueno lo que hemos vivido, debe de haber cosas positivas que nos han enseñado a ser mejores personas, no caer en los mismos errores, toma conciencia de que el pasado ya no existe, y lo que tenemos que vivir es el aquí y ahora – El presente –

 Recuerda que todo depende del cristal con que se mire.

Hay que permitirnos soñar, no ser tan duros juzgándonos, todos tenemos éxitos y fracasos en la vida, solamente creo que hay que saber domar esa parte de nuestra mente que nos lleva a creer que la vida no es justa.

“Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá”  McMillan

Cuánta certeza hay en esas palabras, muchas veces nos quedamos atascados en el sofá rumiando y rumiando cuando ante nosotros tenemos ventanas que se abren a muchas posibilidades.

Haz un pacto con tu pasado, entra al mundo de tu imaginación y empieza a crear cosas maravillosas todos los días, y cuando experimentes salud mental, tranquilidad, satisfacción, tolerancia, comprensión, amor, paz, sentirás por fin que estás es el camino correcto hacia tu plenitud.

La reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos.” McMillan.

 

Sigue leyendo a Lili Soto

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