Audio de Virginia Gawel: Ponerse límites a sí mismo

 

Habitualmente, relacionamos los límites con algo negativo que restringe nuestra libertad, los medios de comunicación nos venden la idea de una vida bucólica, pletórica de aventuras inimaginables, en la que todo es posible, si nos dejamos llevar por un instinto de rebeldía; pero reflexionemos un poco qué significan los límites, las ventajas y desventajas de vivir con o sin ellos.

Muchos de nosotros añoramos un tiempo libre para echar a volar esos planes que se fueron quedando rezagados entre las obligaciones y el ritmo frenético del día a día, sin embargo, cuando finalmente, tenemos un tiempo libre, nos genera angustia y entramos en pánico porque se nos acaban las excusas para no hacer aquello que estuvimos deseando hacer. Ya no está el jefe controlador, el horario asfixiante, el cuidado de los hijos, los quehaceres de la casa, los trancones, las reuniones, entonces, ¿a quién vamos a culpar? Si todos tuviéramos tiempo libre –que de hecho, lo tenemos- enloqueceríamos, pero como somos tan creativos, siempre encontramos la manera de llenarlo con obligaciones y aplazar una vez más aquello que queremos hacer. A veces, ese algo nos despierta un terror indescriptible porque implicaría cambiar el rumbo de nuestra vida, en otras ocasiones, ni siquiera es algo tan contundente, y sin embargo, estamos tan encasillados en límites mezquinos que no nos concedemos el derecho a salir de la rutina. Aquí usamos los límites para convertirnos en robots, ejecutando de forma automática las órdenes de un programa.

Aprender A Ponerse Límites

Aprender A Ponerse Límites

¿Y qué significa vivir sin límites? ¿Qué pasaría si tuviéramos nuestras necesidades de supervivencia resueltas y pudiéramos vivir en algo así como una plácida jubilación, con todo el tiempo a nuestra disposición, para administrarlo como queramos? Si planeamos una actividad para las horas de la mañana y no la realizamos, ¿qué más da?, lo podemos hacer en la tarde y sino en la noche o quizás al día siguiente o la semana que viene. Seríamos como adolescentes jugando a planear una vida que parece infinita, y dejaríamos todo para después, creyendo que la oportunidad que desperdiciamos hoy, reaparecerá mañana o dentro de un año, cuando nos sintamos listos para usarla.

Vivir sin límites equivale a vivir sin un propósito, saber administrar el propio tiempo significa definir objetivos y enmarcarlos en fechas concretas. La verdad es que a todos nos alcanzaría el tiempo para hacer lo que queremos si supiéramos administrarlo. Al final del día estamos casi que agradecidos de no tener tiempo para pensar en “eso” que no pudimos hacer y que tampoco habríamos hecho de tener tiempo, porque estamos paralizados en el miedo e instalados en la zona de comodidad que nos dan las obligaciones, por extraño que suene.

Una de las grandes falacias del pensamiento positivista, es que “puedes conseguir todo aquello que quieras, si realmente te propones alcanzarlo” y este es un desatino monumental, que no está alimentando tus esperanzas sino tu deseo de evadirte de la realidad. La verdad es que no puedes ir más allá de tus límites, pero para saber cuáles son, primero debes conocerte profundamente; reconoce tus potencialidades, talentos, destrezas y trabaja para desarrollarlos, por lo general, en las actividades que más te atraen se encuentran tus mayores dones.

“Muchos de nosotros añoramos un tiempo libre para echar a volar esos planes que se fueron quedando rezagados entre las obligaciones y el ritmo frenético del día a día…”

Lograr una meta no es esperar a que caiga un fruto maduro de un árbol. No vas a conseguir nada pegando un afiche en la pared de tu habitación, para visualizarlo todos los días. Deja de soñar… porque los sueños no se alcanzan soñando. Conocer tus límites, te ayuda a no perder tu vida persiguiendo espejismos. La diferencia entre un sueño y un proyecto, es que los proyectos son propósitos realizables, enmarcados en un límite de tiempo.

Sumérgete en la experiencia de ser quien eres, experiméntate a plenitud con todos tus colores, con todas tus facetas, con todas tus formas, ten el valor de llevar luz a tu oscuridad y descubrir qué hay. Vívete sin miedo y aun con miedo, ten el valor para abrazar ese miedo e invitarlo a jugar de tu lado.

 

 

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