Los seres humanos son privilegiados por la naturaleza; se les dió el poder de ser señores de la tierra por encima de todos los seres vivos.

 

 

Cada paso que das en tu vida demuestra que tus pasos son más firmes y fuertes; dejas huellas imborrables. Cuando tus huellas son imborrables, es porque decidiste darte cuenta de que el camino que has tomado te llevará al paraíso terrenal que querías construir en tu mente y corazón.

Loco de rabia, el melancólico que no puede entender sus propias palabras, se vuelve histérico cuando no hay espectadores. Algunas historias no riman, pero son sabias si miras atrás y encuentras la animación; los hechos detallados cuentan una historia verdadera.

El individuo que no gobernó su propia vida se vuelve contra sí mismo.

 

 

La Biblia Timoteo 1:7 “Porque no nos dió Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio”.

 

 

 

Las acciones de la persona extremadamente rebelde le indican que el camino está bordeado de piedras, rocas y troncos, y que pronto el obstáculo se hará más visible y no tendrá vuelta atrás porque en algunos casos la montaña se derrumba a ambos lados del camino y podría quedar atrapado en ese camino.

Es mejor tener autocontrol, dominarte con la fuerza con la que el mar podría arrasarte si no eres consecuente con tu propia historia. Dios, en su infinita sabiduría, nos dotó a cada uno con el Espíritu de Poder, Amor y Autocontrol. El autocontrol es uno de los dones del Espíritu.

“Así como ya tienes Poder y Amor, considera gestionar tu Autocontrol”.

Seguramente encontrarás la fuerza y ​​perseverarás; tu camino se allanará. Las piedras y los troncos son pensamientos recurrentes que el individuo tenía y no encontraba razón para ellos, sin orden cronológico, con etiquetas de destrucción, sin una razón de ser.

 

 

La montaña derrumbada son esos sentimientos de duda y frustración hasta que pudo aplastarlo. En algunos casos es mejor no bajar la guardia, en la Biblia Mateo 7:2 “Porque con el juicio conque juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”.

Es mejor no juzgar a los demás cuando la tristeza y la melancolía les alcanza, porque les estorba su mente rebelde, la rebeldía en la sociedad lleva a malos resultados si no sabes lo que quieres y si no sabes hacia dónde dirigir la fuerza de tus acciones, en este caso yo aplicaría el doctor:

“Cúrate a ti mismo, pero con la ayuda del Espíritu.”

 

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