He sido privilegiada porque no llevo el peso de las comparaciones, Dios me ha fijado a su ser. Compararse con otra persona es como ponerse una camisa de fuerza que te aprisiona y no te deja respirar y no te permite actuar con plena libertad. Serías un payaso de ti mismo, perderías el respeto y te desviarías de tu misión.

Dios siempre me ha concedido lo que me conviene por gracia y por luz.

Los dones que Dios concede hay que valorarlos y multiplicarlos poniéndolos en acción, por eso es un sofisma de distracción seguir pasos que no son tuyos, pueden llevar a un tropiezo.

Guiados y amados no hay excusa para caminar en gracia y luz, abre el camino que es y cierra los caminos que no son, para que contemplemos su magnificencia, gran amor y caminemos en su luz.

Dios siempre permanece porque tiene misericordia de mí, y así libero la carga de la ansiedad y adquiero el valor para seguir adelante fielmente, y así continúe en el respeto y la autoestima; ​​La obsesión y la frustración de ser perfecto.

 

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