La experiencia que la vida te brinda a menudo viene a través del sufrimiento. Somos responsables de nuestros pensamientos, acciones, miedos y odios.

La atención plena consiste en reconocernos tal como somos en el mundo, eliminando las limitaciones y barreras que surgen cuando las emociones no se canalizan.

Libérate de la ansiedad que generan los pensamientos negativos. Busca la neutralidad en el presente cada día. Sé siempre neutral en tu presente.

 

Analiza tus pensamientos negativos recurrentes, uno por uno, y encuentra el opuesto positivo de cada uno.

Ante situaciones como el dolor y el estrés, practica el pensamiento positivo.

Esto reduce el dolor y mejora tu estado de ánimo, disipando las energías negativas derivadas de diversas experiencias. El perdón implica reconocimiento, humildad y liberación. Perdona y libérate del resentimiento y la culpa. Al liberar las cargas energéticas, surge la oportunidad de reconciliarte; empieza por ti mismo.

 

Expresa gratitud al universo. Con gratitud, atrae el amor a la existencia: amor por estar vivo, amor por sentir, amor por discrepar. El amor trae sanación permanente y encuentra la paz que tu mente anhela. Viaja sin equipaje. Vivir la vida sin cargas energéticas, libre para practicar el perdón con humildad, significa que existes en otra dimensión, esperando la redención.

 

 

La práctica del perdón crea conciencia de un estado de libertad interior, la libertad de elegir el camino de la verdad. En el camino de la verdad, crea justicia, en la autoconciencia.

Atención plena: La autoconciencia en la verdad y la justicia crea felicidad,

la felicidad de ser tal como eres, mejorando tu salud mental y bienestar.

 

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