Las personas están llenas de secretos: Él, el hombre sin rostro y sin nombre… Sin ninguna angustia ni tristeza: Siendo aún joven se pregunta: ¿Cómo serán las escenas de mi velatorio? ¿Irá acudir mucha o poca gente? Los íntimos solamente o quizá nadie… Sueña despierto en sus fantasías, que una procesión de multitudes acompañan, muy poco a poco, a su féretro hasta su morada final.

Y así dejar una prueba fehaciente de la impresión que causó  en cada alma por la que rezó, por la que se hincó, por la que lloró… O sea: toda la humanidad… ahí está el mérito…

En su empeño inconsciente de querer ser más bueno que Dios, quiere a como dé lugar convencer al Altísimo de que todos se salven; ve como multitudes de todas partes  acuden a verle suspendido de la vida terrena. Porque ha rogado de corazón por ellas y de ninguna se olvidó… Un funeral público y universal: recordado por todas las generaciones. Lo que despierta la piedad en cualquiera cuando ya no hay nada que ocultar…

Pero sin embargo existe otra posibilidad, la de simplemente perder el cuerpo y desaparecer, sin dejar rastro alguno: y se pregunta: ¿Me extrañarán? ¿Creerán que hago una fuga geográfica? O que me secuestraron. Quizá, también seré el dolor de cabeza de propios e investigadores, y no habrá velatorio ninguno, porque no habrá cuerpo… pero si habrá la multitud de almas que no saben que están esperando una redención pronta y necesaria. Almas extraviadas, almas que tienen actualmente demasiados dioses ajenos, solo Almas… eso… homenaje…

Es lo que quiere, ser más bueno y más misericorde que Dios, es que no se da cuenta y no lo hace de mala fe. Sin ningún ánimo de competencia le presenta tantos alegatos al responsable: Al Ser Superior… como por ejemplo que entiende perfectamente el pavor eterno de aquellos que se van por un horizonte sin final y sin D-os…

Que le tocó ser más bueno, imposible… pero será mejor apagarle al infierno su llama final, algo muy injusto pero que hace que el hombre “sin rostro y sin nombre”  sea recordado el día de su funeral, cuando todas las mentes se destapen y se conviertan en una sola, y se acabe toda interrupción, todo final… Otra buena intención que no se sabe a dónde va a parar…

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