Hoy me levanté antes de que suene el despertador. Salí de la cama, como de costumbre, y me dirigí a la cocina. Todavía era de noche, apenas se veía un tenue rayo de luz asomar entre los escasos huecos que dejaban los edificios circundantes. En la galería acurrucado en su almohadón dormía plácidamente mi gata. Por el hueco del patio de luces subía un fuerte olor a café y tostadas, bueno alguien se prepara para iniciar su día, pensé, aunque hoy yo no tengo prisa.

—Con tranquilidad, me dije, y me dispuse para preparar un café.

Nunca desayuno en casa, prefiero dormir quince minutos más y partir hacia mi trabajo, el metro no espera, pero hoy no necesito salir corriendo. En la híper sofisticada cafetera que me regalaron mis compañeros de trabajo, me prepararé mi primera taza de café de jubilado. Unas galletas, sin azúcar, en el plato preferido de mi exmujer.

—Te jodes zorra, ahora por fin te reduciré la paga, y no podrás quejarte de que solo tenía tiempo para trabajar y que te ignoraba. Ya te acompañaba bastante bien mi tarjeta de crédito.
De camino a la terraza me vi reflejado en los cristales de la vitrina donde guardo las copas que gané jugando al tenis.

«Las de bullas que recibí por pasar demasiado tiempo en el club».

—Hay que joderse. Iba de víctima pero bien que se pavoneaba diciendo que era la señora del director del banco Salsader. Madre mía otra vez hablando solo. Hasta yo voy a pensar que estoy loco. Es que hace tanto tiempo que vivo solo que… José, por favor, ahora puede disfrutar de todo lo que te gusta y no tenías tiempo para hacer. No te puedes amargar con historias antiguas. — Me instalé en el balcón con mi café y el plato de galletas.
Es fantástico vivir en un último piso, nadie te molesta. No recordaba que buenas vistas de la plaza hay desde aquí. Aunque en otoño tantas hojas secas la afean bastante.

—Gamberro, recoge ese papel. ¿Es que en tu casa vas dejando la mierda por donde pasas?

No sé por qué le grito, ¿Seguramente ni me escuchará? De todas formas estos adolescentes pasan de todo. Mejor me siento que se me va a enfriar el café. Lo primero será, terminar la novela que empecé hace un año, luego ir más el gimnasio y al teatro. Quizás visite a mi hija en Londres, hace casi un año que no veo a mis nietos. En fin tendré que organizar mi nueva vida.

Tengo todo el tiempo para mí. Primero me tomaré el café,

luego me vestiré con unos vaqueros y zapatillas para ir al club y ver que se cuece por allí, pero antes pasaré por la papelería para comprar una agenda y organizar mi día…

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