El juego de niñas, el espejo de mi vida

El juego de niñas, el espejo de mi vida

Me encuentro en un estado de felicidad y exaltación, hace unas semanas ha venido mi prima Carolina a visitarme a la ciudad para sacar su visa, ha decidido viajar a Europa para realizar estudios de su carrera y perfeccionar su inglés. Siempre supe que ella sería la que llevaría en alto el nombre de nuestra familia, no es que desmerezcamos ese galardón, por el contrario, si en algo se han identificado mi madre y mi abuela, es en ser mujeres pujantes y decididas. Cada una sacó adelante sus hijos sin necesidad de un varón en la mesa… sí, todas madres solteras. Pero los tiempos han cambiado, y yo aún sigo en la lucha por cambiar ese destino de mi familia, en convertirme en una verdadera esposa que cuide de sus hijos y su esposo, sé que mi pensamiento podría resultar aterrador  para el colectivo de mujeres feministas y que han luchado para transformar ese papel de la mujer en nuestra sociedad, pero en vista que estoy atravesando la dura crisis de los 35 y no tengo un prospecto de novio, amante, esposo; he decidido renunciar a las tradiciones familiares de ser mujeres con relaciones disfuncionales y tirarme al ruedo en busca de una buena carnada para ver si algún pez grande pasa por el rio, pero la visita de Carolina me abrió los ojos, vi en ella esa sensatez y esa sed ambiciosa que desde niña siempre la caracterizó.

El juego de niñas, el espejo de mi vida

El juego de niñas, el espejo de mi vida

Recuerdo que cuando jugábamos a las barbies, siempre su personaje era la mujer rica y adinerada, con múltiples ocupaciones, mientras mi muñeca siempre iba de falda corta, con zapatos prestados, despeinada y con la actitud de mujer sufrida y engañada, espero que ese juego de niñas no haya tenido nada que ver con mi elección de vida, lo que sí podría reflejarse en que aún sigo robando sus pulseras, tomando su ropa prestada y poniéndome sus zapatos.

Haré como mi prima, un viaje me sentaría muy bien, iniciar de cero, enfrentarme al mundo real. Carolina estudiará en Londres un doctorado en arquitectura, habla de los muchos lugares que conocerá, de las personas con las que se topará y la admiro por ese poder evolutivo del que hoy me ha empezado a impregnar. ¿Por qué no decidí hacer esto antes con mi vida? He perdido años y tiempo en un trabajo sin salida y dejando que mi vida pase delante de mi sin dejar huella alguna, en lugar de proponerme estudiar, luchar por mis sueños, por mi vida.

Siento que es lo que siempre me ha pasado y ha sido mi error, buscar el bienestar del otro y no el mío, un mal común que se repite y se reproduce como un enjambre de abejas en la sociedad, y no se trata de ser egoísta y dejar a un lado los sentimientos por el otro, se trata de darte la prioridad para tu vida, quiero vencer la soledad y romper con el mal que llevo tras mi espalda y que se ha repetido de generación en generación, no importa que no me case, que no tenga hijos, olvidaré las palabras de mi abuela que retumban mis oídos y que me dice “Ya te estás poniendo vieja… ya no tendrás tiempo para tener un hijo …” mi abuela puede llegar a ser muy dura cuando de frases célebres se trata. Pero dentro de ella hay un miedo que me traspasa y es quizás el saber que somos 3 mujeres que debimos hacernos fuertes y luchar contra el mundo actual.

La visita de Carolina me sirvió para entender quizás que la felicidad de mi vida no depende de otros, sino , de mis verdaderos deseos, y como el pasado ya no se puede tocar, ese juego de niñas en donde interpretaba el papel que es justo lo que no quiero hacer en mi vida, lo dejaré en el olvido y empezaré una nueva página a partir de hoy.

 

Sigue leyendo a Zoila Wera

 

 

No Hay Más Artículos