Sahle-Work Zewde fue nombrada la semana que termina, presidenta de la República Democrática Federal de Etiopía, con lo que pone ejemplo al resto de los más de cincuenta países que componen el continente africano, en que una mujer ocupe dicho cargo, y se une a una cortísima lista de féminas que han obtenido dicho logro, Catherine Samba-Panza en la República Centroafricana; Ellen Johnson Sirleaf en Liberia y en Malawi, Joyce Hilda Banda.
La historia de Abisinia es interesantísima, fue fundada en el año 980 a.C. está ligada a la historia de las religiones monoteístas de la humanidad, se dice que Noé fundó Axum (Aksum) al norte, lugar que fue el centro religioso y comercial de la zona hasta que Zoroastro lo venció, cerrando su paso a la navegación por el Mar Rojo; se cree que fue el lugar que Moisés eligió como refugio, cuando tuvo que asilarse, al tener que huir de la furia de los faraones; con los cara quemada, se conoció así mismo, para después ser el guía del pueblo judío hacia la tierra prometida, de hecho no hace muchos años, el Estado de Israel reconoció a los judíos etíopes, y los invitó a que se establecerse en su territorio durante los gobiernos comunistas que tuvieron los africanos.
Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, el país fue invadido por Benito Amilcare Andrea Mussolini, lo anterior permitió una de las páginas más brillantes de la Política Exterior Mexicana, cuando la Sociedad de Naciones, en un estúpido afán de no encender más los ánimos que pudieran llevar a una guerra que ya estaba en albores, aceptó el hecho, y decidió la expulsión de Etiopía del organismo, aduciendo que si no existía, no podía ser integrante, lo cual convalidaba la invasión, la tesis mexicana, absolutamente opuesta, argumentaba que entonces se podría aceptar cualquier ataque a la soberanía territorial, lo que era absolutamente contrario a los objetivos de la institución, ello hizo que México en solidaridad con los invadidos, pidiera su salida de dicha asociación.
Hoy Etiopía cuenta con poco más de 100 millones de habitantes, distribuidos en un millón ciento cuatro mil kilómetros cuadrados, su capital es Adis Abeba, está ubicada en la convulsa región denominada el cuerno de África, y hace colindancia con siete naciones, Eritrea, Kenia, Somalia, Somalilandía, Sudan, Sudan del Sur, y Yibuti.
En abril de este 2018, renunció Hailemariam Desalegn, a su cargo de Primer Ministro, quien gobernaba desde hacía seis años, pero que su partido el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope lo era desde 1991, una salida que se vislumbraba con la idea de poner fin a los disturbios que desde 2015 asolaban el país, producto de una crisis política encabezada por los oromo y los amhara, quienes representan el 60 por ciento de la población, y que pedían mayores espacios de representación, el ex ministro de Ciencia y Tecnología del país, hijo de madre cristiana y padre musulmán, Abiy Ahmed Ali asumió el cargo, el primer oromo que gobierna, y con ello se convirtió a los 42 años, en el Jefe de Estado más joven del continente.
Sus primeros pasos han sido contundentes, eliminó el estado de emergencia nacional, liberó a los presos políticos, y con Eritrea firmó la paz, contrato con el que se pone fin a la guerra que empezó en 1961 y que se prolongó hasta 1991, y los últimos 20 años se mantuvo en estado de guerra fría entre los dos países, si bien con esto los etíopes pierden cualquier posibilidad de tener acceso al mar, da paz a una nación en una región altamente explosiva.
Etiopía está dando pasos concretos y hasta ahora certeros al desarrollo económico, aflojando los controles a la economía el país es considerado hoy, el nuevo león africano, China y los Emiratos Árabes Unidos, han incrementado de forma notable su cartera de inversiones, especialmente en las líneas férreas, la compañía de aviación Ethiopian Airlines se ha privatizado y en poco tiempo empezó a generar ganancias, la firma del acuerdo de paz mencionado, ha dado oportunidad a convenios, que permitirán apaciguar la región fronteriza de Tigray; en solo seis meses, ya se habla de la Abiymania, lo que le dio la fuerza política suficiente para intentar un paso hasta hace unos días impensable, invitar a la diplomática como presidenta.
Sahle-Work Zewde, de 68 años, egresada en ciencias naturales de la Universidad de Montpellier, no tiene partido político, su vida la ha dedicado al servicio exterior, ha sido Embajadora en Senegal, Djibouti, Francia, Túnez y Marruecos, y en la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Directora General de ONU en Nairobi, hasta el momento de su nombramiento era la Secretaria General Adjunta de ONU para la Unión Africana, sin lugar a dudas, toda esa experiencia que la ha permitido encumbrarse como una de las mujeres más destacadas en la diplomacia internacional tendrá que llevarla a entregar buenas cuentas, a una nación que las necesita.