La Vaca Pepita es una modista

“De alta costura”, dice en la revista.

Y el Toro Campeón de la raza Angus

La ama en secreto y le envía francos,

Libras esterlinas, bonos del Tesoro,

Anillos y versos, un perro y un loro.

 

La Vaca no acepta porque es educada,

Tiene tacos altos y blusa floreada.

El Toro amanece pensando en Pepita.

Toma tereré y a quien pasa, invita.

Quiere desahogar tan inmensa pena:

Amar de mañana, en almuerzo y cena.

Amar sin medida, sin peso ni olor

Amar en silencio y en tecnicolor.

 

 

Pasó un tal Pinocho diciendo mentiras

El Toro no cree ni escucha ni mira.

Pasó Cenicienta y el Príncipe  azul

Le habló de un zapato: no entendió ni mu.

Pasaron el Lobo con Caperucita,

La Bella Durmiente, Mambrú y la Abuelita.

Mambrú le contó que iba a la guerra

Habló con el toro y terminó el problema.

Cantó cierta marcha en son militar:

Diciendo de paso:

<Mambrú no vuelve más>

 

 

Pasa sola muy oronda Blancanieves

Sin enanos ni madrastra por ser jueves.

Como siempre el Toro invita un tereré

Y ella ofrece ser madrina del bebé.

 

Chibirín, chibirín, en el Puente de Aviñón

Todos bailan, todos bailan

Sin razón.

 

Todo el monte sabe bien que el Toro ama

¿Y por qué no se lo dice a la fulana?

Ella sigue muy campante haciendo ropas

De esas raras, que se usan por Europas.

Una Rana comedida se lo advierte:

“Hay un Toro que se ablanda al solo verte”.

-No me digas que es verdad ese chimento.

-¡Si no fuera de verdad, no te lo cuento!

 

Queda entonces pensativa la Pepita

Llama por el celular a sus primitas

-Tengo un novio pero yo no sé quién es

-¡No me digas, si es así, yo tengo tres!

 

Ja ja ja, jarajajá con esta Vaca

Que imagina los galanes en la chacra.

 

 

En un árbol se encontraba la Torcaz

Cu curu-cucú. ¿Adónde estás?

 

Llega el Angus con su manto colorado

Se declara de perfil y de costado.

Le promete serle fiel hasta la muerte

Tenga gripe, tenga sueño o tenga suerte.

Hasta cae un lagrimón verde-limón

(Son las cosas que entrevera tanto amor)

 

En el árbol continuaba la Torcaz

Cu curú-cucú no digas más,

O pregúntale a san Antón, el pirulero

Que el santo más casamentero.

 

Dijo “sí” la enamorada oliendo un trébol

Y arreglando su tocado en un espejo.

 

¿Quién oficia de madrina en estas bodas?

(Se ofrecieron mil quinientas menos todas)

En el árbol  preguntaba la Torcaz

<¿Dónde estabas corazón que ya no estás?>

 

Se casó de punta en blanco ña Pepita

Con el Toro campeón que de amor, grita.

Todo el mundo está de fiesta en pleno campo

Cu-curú cucú bailan malambo.

 

Don Mambrú dejó la guerra para siempre

Porque allí sólo se aprende a matar gente.

Blancanieves nos recuerda que no miente.

 

 

(De “20 poemas de humor y una canción disparatada”)

No Hay Más Artículos