Estamos viendo como cada día los gobiernos en Latinoamérica, Asia, África y algunos países en Europa construyen una pared invencible blindada de corrupción, terrorismo, opresión, desigualdad y fuertes influencias de corrientes del radicales que generan miedo en sus pueblos y lo utilizan como propulsor para las nuevas dictaduras que se propagan en el nuevo orden mundial.

 

El pasado mes de mayo se desarrolló el Oslo Freedom Forum 2018, una conferencia anual transformadora donde los defensores de los derechos humanos, artistas, empresarios tecnológicos y líderes mundiales más interesantes del mundo se reúnen para compartir sus historias y generar ideas sobre cómo expandir la libertad y liberar el potencial humano en todo el mundo.

 

Historias de flagelos, violencia, tiranía, impotencia, crueldad, valentía y una voz que se une con un único sentido, “no permitir que gobiernos dictadores se perpetúen en el poder y se instalen como aparatos demoledores de la democracia”, fueron algunas de las armas que utilizaron los más de xx líderes activistas y generadores de paz que estuvieron presentes en este encuentro, que celebró ya su 10 aniversario en cabeza de su fundador Thor Halvorssen, defensor de los derechos humanos, los intereses públicos, los derechos individuales y las libertades civiles, y promotor de la democracia en América Latina.

Líderes como Antonio Ledesma, ex alcalde de Caracas y exiliado por la dictadura de Maduro en Venezuela, expresó la cruel realidad que hoy atraviesa el país y las cifras aterradoras de la crisis humanitaria: “ En Venezuela no hay separación de poderes, se violan el estado de derecho, más del 60% de la cocaína que llega a Europa sale del territorio nacional, cientos de jóvenes han sido asesinados por protestar, 90% de la población no tiene acceso  a las medicinas básicas, 71% de muerte de mujeres en el momento de dar a luz, 54% niños desnutridos y sin futuro…” desde Oslo pidió ayuda por los presos y perseguidos políticos, un SOS y solidaridad por Venezuela, el país más rico en petróleo, pero el más injusto y desigual.

 

Fatemah Quaderyan, capitana y portavoz de la escuela de robótica femenina de Afganistán, su nombre sonó e n el mundo cuando su visado y el de muchas niñas de su escuela fue negado por el mismo país para participar en un concurso de robótica en los EEUU, finalmente pudo viajar y obtener un gran reconocimiento, pero al regresar el precio que tuvo que pagar fue muy alto, su padre fue asesinado por el grupo terrorista ISIS, ha luchador desde entonces por los derechos de la mujeres, la igualdad y combatir la opresión que se comete hacia las mujeres y al mismo pueblo musulmán. Hoy tiene 15 años y es una líder activista con 2 libros publicados y con sueños por cumplir.

 

Jin Seong- ho es un desertor norcoreano que creció en la difícil situación de hambruna y miseria que atravesaba el país por la década de los 90´s, y que aún se mantiene, para sobre vivir, intercambiaba carbón robado por comida en el mercado negro. Un día el cansancio fue su peor enemigo, se desmayó y se quedó dormido sobre los rieles del tren siendo atropellado por este, el accidente lo dejó sin una mano y su pie izquierdo, pero su lucha y ganas de dejar atrás la opresión y la cruel dictadura le dieron la fuerza para caminar más de 6.000 millas hasta llegar a la frontera con Corea del Sur y dejar su país y familia, sabía que no volvería, ya una vez afuera pudo ver el mundo real. Corea del Norte es un país que sostiene una situación social imparable, hay mayor inversión en armas y ejercito que en desarrollo humano, países vecinos envían alimentos que nunca son entregados al pueblo, sino que son llevados a los ejércitos combatientes en las costas, es tanto la extrema pobreza que familias venden sus niñas y adolescentes a hombres chinos para convertirlas en sus esposas y así alimentar a los demás hijos. Es un país que viola los DDHH, mantiene al pueblo sometido con una estructura bélica de violencia y opresión, la desinformación y la censura mantiene este país en una burbuja donde la globalización y el internet no existe.

Muchas historias se unieron para lograr traspasar fronteras con sus experiencias. Activistas, políticos, artistas, escritores, músicos, comediantes y caricaturistas como el ecuatoriano Bonil, quien llevó a cabo un mural en el parque central de Oslo que nombró: “Vamos a poner tras las rejas a Maduro”, fueron vitales para la celebración de este 10 aniversario del Oslo Freedom Forum y unir fuerzas para luchar por la democracia, la libertad y la soberanía de sus pueblos.

 

 

“No estamos solos, somos la resistencia de un mundo que no quiere el cambio” Antonio Ledezma

 

 

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