¿Qué te daba miedo en tu niñez? ¿La oscuridad? ¿El quedarte a solas? ¿Pensar que tus padres morirían? ¿Creer que había alguien debajo de la cama, o que algún ser horrible iba a salir del closet? ¿Dormir con la luz apagada? ¿Y te pensabas que al haber una luz encendida ese monstruo que te imaginabas no aparecería?

Ya de grande, esa luz ya no es la lámpara que encendías para alumbrar la habitación, esa luz son ahora tus energías y pensamientos positivos, esa luz es ahora tu fortaleza, y los monstruos ya no son esos seres imaginarios, ahora son tus pensamientos negativos los que le dan forma y los fortalecen, pero al final de cuentas están solamente en tu imaginación, como cuando eras niño. Pero si de chico los enfrentaste y venciste, ¿por qué no lograrlo ahora también?

Cuando los monstruos de tu niñez te acechan

Cuando los monstruos de tu niñez te acechan

Esos monstruos se pueden presentar a cualquier hora, por ejemplo, cuando por la mañana te levantas, ¿Cómo te sientes, feliz por un nuevo despertar o temerosa ante lo que te vaya a deparar ese día? Y si le sigues dando cuerda a ese pensamiento ahí estas despertando al monstruo que estaba dormido, ¿Cierto? Mucho tiene que ver tu descanso nocturno, al irse a dormir con todo un cúmulo de preocupaciones lo único que provoca es que tu cerebro no descanse y empiece a buscar en sus archivos los pensamientos negativos y te hace llegar avisos de diferente manera, por ejemplo:

¿Te ha pasado que no sabes por qué pero te despiertas y sientes que durante tus sueños estuviste vagando y dejando cosas inconclusas?, tal vez hasta soñaste pero al abrir los ojos, ¿se te borró todo? puede ser incluso que te levantes y sientas ganas de llorar, y no sabes ni por qué, pero el mejor remedio es que hagas lo que tus emociones te dicten, tienes las lágrimas a flor de piel, ¡llora!, no te quedes con nada, llorar limpia el alma, el corazón y el espíritu, porque vas desechando las negatividades que tienen atrapada a tu mente.

“Ahora son tus pensamientos negativos los que le dan forma y los fortalecen”

Deja que corran las lágrimas y tómalo como un proceso de sanación, no te pongas a pensar por qué lloras, simplemente permítete sentir, porque no es signo de debilidad, recuerda que la fortaleza no la vas a medir por las lágrimas que derramas, al contrario, la mides enfrentándote cada día a diferentes retos.

Analízate si eres de las personas que siempre están preocupadas, por lo que sientes, por lo que estás viviendo, buscando nuevos síntomas a lo que te está pasando, sintiendo miedo porque esta sensación no la habías sentido, buscando alguna señal para sentirte mal y al final de cada emoción te sientes hasta profética, diciendo ¡lo sabía! Tenía yo razón de que me iba a sentir mal.

Si es así, entonces, estás haciendo el caminito para que tus emociones se desborden, pero si recuerdas que cualquier estrategia (de las que en mis otros artículos te he hablado), que emprendas siempre va a funcionar, aun cuando no sepas por cuánto tiempo vas a sentirte súper bien, pero lo que si sabes es que ya tienes las herramientas para que vuelvas a tomar el equilibrio de tus pensamientos, y ya habrás dado un paso al siguiente nivel.

Cuando los monstruos de tu niñez te acechan

Cuando los monstruos de tu niñez te acechan

Nuestra mente es como un auto de lujo al que se le tiene que dar mantenimiento y lavarlo todos los días para que no acumule impurezas y se llene de cochambre, porque si no lo hacemos, empieza a fallar y las piezas que la componen dejan de funcionar al 100%.

Dale oportunidad a tu mente que saque todos los monstruos que no alcanzaste a sacar en tu niñez, es parte de la sanación, que no te de miedo expresarte, tómate el tiempo para analizar y que no te de miedo sentir el vacío existencial del que hablan los que ya pasaron por esa experiencia. ¡Al sentir ese vacío quiere decir que estás dejando ir los sentimientos y emociones negativas y que necesitas reemplazarlo de ya con pensamientos positivos!

 

 

Una llave para mejorar tus experiencias es:

1.-    Despierta el amor hacia ti y todo lo que te rodea.

2.-    Vuélvete más comprensivo hacia los demás.

3.-    Practica la compasión en todos sus sentidos.

Felicítate porque lo que has sentido, ha sido parte de un duro aprendizaje y has salido adelante, no importa el tiempo que te haya llevado, todos los días se aprende algo nuevo, los estados de paz mental cada vez serán más largos y ya no será tan fácil que te perturbe cualquier cosa.

“La vida es tan difícil como tú quieres que sea”

Y la próxima vez que sientas una emoción no sana, sientas un nudo en la boca del estómago que quisieras echarte a correr, te sientas incomprendida, respira profundo y acepta, deja pasar el pensamiento, verás que ya no sentirás miedo, por fin te has atrevido a digerir completamente todo lo que habías estado masticando sin atreverte a pasarlo, y sentirás una luz que te está iluminando, esa vocecita interior que se quiere hacer escuchar y te está gritando llegamos ¡Estamos en casa! ¡Estamos a salvo! Te está diciendo que ha sido un viaje muy largo, lleno de accidentes, peripecias, tropiezos, pero has llegado, de eso no cabe la menor duda.

Indudablemente que la vida es tan difícil como tú quieres que sea, tampoco es que sea muy fácil y mucho menos si te pones en el papel de víctima, no siempre se puede estar disfrutando de cosas agradables, si así fuera, ¿Dónde está el aprendizaje? ¿Dónde está la preparación para enfrentarnos a los monstruos que conocimos en nuestra niñez, y que de repente de adultos nos vuelven a espantar?

Sigue leyendo a Avatar

No Hay Más Artículos