DOMINAR EMOCIONES, ¿SE PUEDE?

Hace tiempo leí un libro ¨El Faquir” de un prolífico autor español que me encantó, trata de cómo llegar a lograr lo que la mayoría buscamos,  paz mental, paz interior. Pero, ¿Qué podemos hacer para convertirnos en un verdadero faquir para llegar a dominar nuestras emociones, nuestros pensamientos? y, porqué no, ser un guía espiritual.

En el libro, el Faquir se impone primero, aprender a andar sobre una cuerda floja, la cual va dominando, después de muchísimos esfuerzos, y al final por supuesto se convierte en un experto.

Esa cuerda que hay que ir dominando, se me figura que es la misma a la que me subo cada día, a veces está casi rozando el piso y  parece que pierdo el equilibrio, y sí, a veces me desespero, pero sigo intentándolo hasta que por lo menos dure unos segundos tratando de conservar el equilibrio, y si, también lo he logrado.

Para mí, esa cuerda representa mis emociones, mis pensamientos. 

Esta cuerda mental debe de ser recta para que pueda caminar sobre ella para no caerme, si no la domino, pierdo el control de mis pensamientos, mi equilibrio emocional, y empieza a asomar la ansiedad, el miedo, y siento que no estoy lista o que no soy lo suficientemente fuerte.

Haciendo esta comparación; cuando todo va bien con mi vida, cuando domino mis pensamientos, los miedos, cuando me agarro de todas las herramientas que a lo largo de mi vida he aprendido, siento que puedo caminar por toda la cuerda e incluso hacer que sea más ancha para que me sostenga mejor.

Pero, si por más que me esfuerce para caminar derecho y no lo consigo, entonces quiere decir que hay algo que me falta perfeccionar para hacerlo mejor. Llegar a ser un Faquir, no es fácil, como no lo es dejar atrás nuestras frustraciones y miedos. Se necesita coraje para subirse a esa cuerda y tal vez caerse todos los días, hasta dominarla, y cuando por fin  lo logras, sabes que es lo más grandioso que te puede pasar.

Así me quiero sentir yo, grandiosa por mis triunfos… aunque no me guste caerme.

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