Puede que los planetas estén bien ubicados, puede también que estemos pidiendo la ayuda celeste correcta y nos rodeemos de los más maravillosos maestros. Puede incluso también que tengamos ayuda de la tierra con rituales y personas expertas en los temas en los que necesitamos apoyo. Todo esto puede ir inclusive acompañado de talismanes u objetos mágicos. Hasta con la suma de todos estos factores y con los astros alineados sentimos que toda esa energía que canalizamos no se dirigió a ninguna parte. Y sentimos que no creemos lo que no somos, solo creemos aquello que se encuentra en la misma frecuencia. Aquello que vibra en lo mismo, no podemos sintonizarnos con otra frecuencia que no vibra como nosotros. Y eso tiene que ver con las memorias más profundas que tenemos, estas memorias que tarde o temprano terminarán por afectar nuestra realidad.

 

Para poner un ejemplo, si sintonizamos determinada emisora quiere decir que estamos sintonizando una frecuencia u onda: entonces todo aquello que suene, estará en la frecuencia de la emisora. Si sintonizas música clásica, no sonará ninguna canción de salsa. De esta manera sucede cuando creamos: por más que queramos oír algo, no va a sonar si no está en la frecuencia. Esta frecuencia está determinada por las creencias más profundas sobre lo que creemos y sentimos que somos. Eso tiene como base patrones familiares, así como los miedos más profundos. Es por esto que lo primero que tenemos que hacer es trabajar en nosotros mismos, en sanar esos miedos y esas carencias que tenemos para poder cambiar las experiencias que vivimos cada día. Así que ánimo, a trabajar en sanar para poder transformar todo aquello que nos rodea.

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