Javier García

¡Escuchad ya, Diablos!

Diablos... Hola a todos, si, exacto, soy yo, ese ser al que teméis incluso nombrar, Satán, Lucifer, Belial, Baphomet, el príncipe de las tinieblas, entre otros muchos nombres y epítetos con los que los humanos me habéis obsequiado desde el inicio de los tiempos, y durante miles de años, maldecido y vilipendiado.... Seguir Leyendo...
Pilar Costa

Pilar Costa, el arte de la cocina

La cocina siempre ha sido un elemento fundamental para la humanidad. Ha sido así durante cientos, miles de años, y en la actualidad esa tendencia ha ido a más. Cobrando más fuerza y tomando espacios en la televisión y en otros medios de comunicación. No hay duda de que la sociedad roconoce y valora el mérito a la labor de la buena cocina.... Seguir Leyendo...
Fumador

Fumador… Fumador

Tomás era detectado por el olor a humo de tabaco que le precedía. Tenía cuarenta y cinco años, y al menos treinta de ellos los había vivido como fumador empedernido, aunque las malas lenguas decían que su madre lo había parido con un pito encendido en la boca.... Seguir Leyendo...

No pasa nada… la palabra de miedo

"Venga, dale caña, que no pasa nada". Esas palabras dan un poco de miedito, puesto que son a menudo el preludio de un desastre. Un desastre, grande o pequeño, originado por el exceso de confianza, o sencillamente por la incontrolada insensatez que nos impulsa a triscar por ahí y hacer las cosas todo lo imprudentemente que es posible y sin la más elemental precaución.... Seguir Leyendo...
Empezar de cero

Empezar de cero

El dejó de escribir, el martilleo de la vieja Olivetti, le estaba levantando dolor de cabeza. Alzó la vista y vió un montón de papeles desperdigados. Los mundos y las vidas que había ido inventando en la ficción tomando por asalto la mesa en la que estaba trabajando.... Seguir Leyendo...

Azar de juego

Me ponen el café mientras miro alrededor. Botellas de más edad que el camarero y yo juntos, tipos broncos que respiran ruidosamente entre efluvios de whisky, algún oriundo de un pueblo remoto, y unas chicas vociferantes justo detrás de mi, que engullen pinchos sin ningún miramiento, cosa que agradezco, porque mientras comen, no hablan ni gritan. Por supuesto, también abundan recalcitrantes bingueros desplumados, que piden llorosos unos euros para reanudar su vicio y tratar de enderezar su contusionada suerte.... Seguir Leyendo...