Ayer te marchaste cuando era niño

dejando vacío aquel ser y no ser

si algo caminó a la deriva misma

fue inerte la vida sin ti bajo el sol.

 

Estabas en la cúspide existencial

arrullada de canto mañanero

todos tomados de la mano

cantábamos alegres bajo la luna

aquel son bailando el danzón,

hasta cuando aquel mes de enero

todo se marchitó por dentro

todo se cubrió de dolor.

 

No te llevaste una lágrima

no te llevaste ningún dolor

solo aquella rosa muerta

que bajo tierra floreció.

 

Hoy naciste en las horas

de seis pasadas décadas

cuatro años y tu amor

sigue las estrellas de noche

y llena la tierra de luz con candor.

 

Siempre fuiste el sueño de aquel niño

que algún día un verso te escribió

y siempre serás el vivo recuerdo

de un hombre que un día negro

lloró con su alma triste, el dolor.

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