Un análisis de la elección en EUA

Un análisis de la elección en EUA

¡Increíble! Aún no nos recuperamos de la sorpresa y la angustia nos invade. Ayer, 8 de noviembre, Donald Trump fue electo Presidente de Estados Unidos.

El suspenso se mantuvo hasta el mismo día de la elección. La mayoría de las encuestas y predicciones electorales favorecieron a Clinton casi desde el inicio de la carrera por la presidencia y aunque el margen de diferencia fue en momentos muy cerrado, siempre dieron ventaja a la candidata demócrata.

Pues se equivocaron. (America’s Brexit ¡! ) En una jornada electoral que mantuvo al mundo entero atónito y al borde de un infarto, los estadounidenses, pese a los excesos de Trump y al miedo que infundió con su retórica estridente y virulentamente racista, desecharon la opción de la primera mujer al frente de la Casa Blanca, y votaron por un modelo de nación inclinado al nacionalismo pedestre y al aislacionismo, con el riesgo de haber encumbrado al primer dictador de ese país, un país que se jacta de ser el baluarte de las libertades y la democracia.


Trump alcanzó 279 votos electorales
aún antes de que se dieran los resultados de Minnessota, Michigan, New Hampshire y Arizona. Una tragedia, para México y para el mundo.

Conviene recordar que en el complejo sistema electoral de Estados Unidos, no es el voto popular el que decide la elección (voto directo) sino el Colegio Electoral (voto indirecto), que cuenta con 538 asientos que se distribuyen entre 50 estados más el Distrito de Columbia, de acuerdo al tamaño de su población; y en cada estado – con excepción de Nebraska y Maine- el candidato que gane más votos se lleva el total de votos electorales que corresponden a ese estado.

El grupo de electores fue el más diverso de la historia de Estados Unidos. Según el Pew Research Center, el grupo de votantes elegibles estaba compuesto por 69% de blancos y  31% de hispanos, afroamericanos, asiáticos o de otras minorías raciales y étnicas. Finalmente, votaron 135 millones, 46 de éstos de manera anticipada y del total, hombres 63% hombres y el resto mujeres.

Muchos son los factores que tendrán que analizarse para entender esta elección. Por ahora, es claro que en esta jornada se impuso la mayoría silenciosa, el voto oculto de quieres no se atrevían a declararse seguidores de un ignorante, megalómano, racista, sin experiencia en la función pública, etc. etc.,  pero a quienes las frases “America for Americans”, acuñada en un discurso de Theodore Roosevelt en 1916, y Make America Great Again, les penetraron hondamente haciéndoles visualizar un mejor futuro y, sobre todo, unirse en la aspiración de recuperar su identidad como nación, una identidad que sienten minada por la inmigración, como señaló Samuel P. Huntington en su libro  Who are we: the Challenges to Americas’s National Identity. Estas aspiraciones que Trump convirtió en banderas legítimas  durante su campaña, se comparten por blancos pobres y sin estudios universitarios – el núcleo de los seguidores de Trump –  pero también por mujeres, millenials, miembros de alguna de las minorías raciales y étnicas de ese  país, y por supuesto por los blancos supremacistas y otros grupos radicales. En conjunto, un sector mayoritario de la sociedad estadounidense descontento además con el establishment y la élite política a la que Trump descalificó a lo largo de su campaña.

Un análisis de la elección en EUA

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Frente a esto, poco contó el voto femenino, que desde octubre pasado, el sitio electrónico FiveThrirtyEight  y muchas otras encuestadoras mostraban a favor de Clinton con una ventaja de 15 puntos porcentuales en promedio, hecho muy comprensible dado el comportamiento lascivo, machista y acosador de Trump que demuestra a las mujeres. Poco importó. Un grupo de ellas, que representan el 53% de la población estadounidense, decidió que su voto no sería solidario con su género, sino con las propuestas de Trump.

Esta elección tampoco se decidió por las minorías étnicas y raciales. La minoría más grande en Estados Unidos, los latinos, que representan el 18% de la población, según el Pew Research Center, jugaron, sí,  un papel importante –pero no determinante-  en esta elección, motivados principalmente por la defensa de su dignidad y por el miedo ante los virulentos y amenazantes discursos del candidato republicano.

Según estima Latino Decisions, 14.7 millones de votantes latinos se volcaron a las urnas como nunca antes, rompiendo récord en el voto anticipado y dieron a Clinton su respaldo en un 79%. No obstante, su voto no resulta relevante en estados como California o New York, tradicionalmente demócratas, ni fue suficiente en la contienda más reñida, la de Florida – con 15% de votantes elegibles de origen hispano-,   ni en Arizona con 22% de votantes elegibles – aunque ahí lograron derrotar a Joe Arpaio, el xenófono sheriff de Maricopa -. Sin desconocer que el voto latino sí fue decisivo en  Nevada, Colorado y Nuevo México, estuvo lejos de cumplir las expectativas.

Un análisis de la elección en EUA

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Por su parte, los afroamericanos, con 27.4 millones de potenciales votantes   tradicionalmente demócratas, en esta ocasión no se mostraron  entusiasmados de ir a las urnas pese a que sufren, cada día, más crímenes de odio, de ese odio que Trump incentivó durante su  campaña. Sin un negro en la boleta, prefirieron contribuir a que un blanco ocupara la Oficina Oval.

Si, Trump ganó la elección con el voto blanco y gobernará el país más poderoso y más polarizado de la tierra a partir del 20 de enero próximo. Y lo hará con mayoría en el Senado, en la  Cámara de Representantes, con la mayoría de los gobernadores, también republicanos, y seguramente con una Suprema Corte de igual afiliación. Esto es, con un amplísimo y peligrosísimo margen de acción para llevar a cabo cuanto prometió. Un desastre !!

Por ahora, los mercados se derrumbaron, con el riesgo de desencadenar un caos económico; Corea del Sur convocó a su Consejo de Seguridad;  en México el dólar se disparó y Tlaloc lloró toda la noche.  Veremos qué sigue, y en ese contexto, cómo nos va a México y a los mexicanos de aquí,  pero sobre todo, a los de allá, para quienes este triunfo amenaza incluso su supervivencia.

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