“Dejaré en blanco el voto presidencial”, dijo Linda Chávez durante una entrevista al periódico La Opinión, el pasado 1 de julio. Y agregó: “Donald Trump no está capacitado para la presidencia, le faltan cualidades morales, intelectuales y de temperamento y sus propuestas son totalmente inconsistentes”.

Esta entrevista tuvo como marco la Cumbre de Conservadores del Oeste, celebrada en la ciudad de Denver, CO., donde se dieron cita miles de activistas del ala más derechista de Estados Unidos.

El hecho tiene relevancia porque Linda Chávez  es una de las mujeres más destacadas de la comunidad hispana y una voz influyente a nivel nacional. Fue directora de la Oficina de Relaciones Externas en la Casa Blanca y directora de personal de la Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos, durante la presidencia de Ronald Reagan, así como directora de la Comisión Nacional de Educación de los Migrantes en la administración del presidente George Bush, padre;  trabajó como experta en la Subcomisión de prevención de discriminación y protección de minorías de las Naciones Unidas y estuvo cerca de ser la primera mujer hispana en ocupar una secretaría de estado en el gobierno de George Bush, hijo.

La larga trayectoria de Linda Chávez en el Partido Republicano da cuenta de que la heterogeneidad de la comunidad hispana en Estados Unidos incluye la preferencia política. Aunque por muchos años los hispanos han militado mayoritariamente en el Partido Demócrata, esto ha ido cambiando en las últimas décadas. Hoy, 199 hispanos republicanos ocupan cargos de elección popular, incluidos los dos 2 senadores que contendieron contra Donald Trump para lograr la candidatura del Partido Republicano a la presidencia: Marco Rubio –de origen cubano-   y Ted Cruz, –de origen canadiense-cubano.

“Dejaré en blanco el voto presidencial”

Lo que no ha cambiado es el hecho de que los latinos –demócratas o republicanos- están subrepresentados en la política estadounidense. Mientras la comunidad hispana suma ya alrededor de 52 millones,  el 17% de la población de Estados Unidos, los latinos electos que desempeñan un cargo público son sólo 6,100, según datos de la National Association of Latino Elected Officials (NALEO). En el caso de las mujeres hispanas, la baja representación es aún más grave. Por citar un ejemplo, de los 29 hispanos en la Cámara de Representantes, sólo hay 9 mujeres.

Esto viene a colación porque demuestra que figurar en la política estadounidense siendo hispano – y además mujer –  no es una tarea fácil. Linda Chávez lo logró y por ello, su descalificación al candidato republicano Donald Trump tiene un peso político importante.

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Como han informado diversos medios de comunicación, la postura de Linda Chávez es compartida por muchos otros distinguidos republicanos, algunos que, como ella, dejarán el voto en blanco, y otros que han declarado públicamente que votarán por la candidata demócrata Hillary Clinton, antes que permitir que Trump ocupe la presidencia de Estados Unidos.  Entre estos últimos destaco a Rosario Marín, mexicano-estadounidense, que fue Secretaría del Tesoro con Ronald Reagan, y de quien ya hemos hablado en este espacio. Y lo hago porque ambas,  hispanas y republicanas, han luchado durante su amplia trayectoria política por la defensa de los derechos de los migrantes.

 

Lo lamentable es que, pese a su discurso de odio que ofende los más altos principios de la humanidad, Donald Trump tenga aún una base importante de seguidores. Lo incomprensible – por decir lo menos- es que entre ellos hay hispanos, incluso de origen mexicano, que apoyan al virtual candidato republicano pese a sus virulentos ataques que atentan contra la dignidad de los latinos en aquel país y que han generado un clima de violencia altamente peligroso.

Esto es, debemos entender que otro rasgo distintivo de la comunidad hispana en el vecino país del norte es su diversidad: de origen, de estatus migratorio, etc. etc., y también de ideología política. Y sí, aunque nos parezca lamentable e incomprensible, entre ellos hay muchos  “coconuts”,  como se les llama a aquéllos que son prietos por fuera y blancos por dentro.

“Lo incomprensible es que entre los seguidores de Trump haya hispanos, incluso de origen mexicano.”

Esperemos oír pronto la postura que guarda sobre esta contienda otra distinguida republicana,  Susana Martínez , la actual gobernadora de Nuevo México, primera mujer de origen mexicano en ocupar una gubernatura en ese país y muestra inequívoca de que el poder político de los latinos en Estados Unidos  está creciendo en forma acelerada.

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