Cuando llegas al mundo eres un hermoso vaso de cristal perfectamente transparente y vacío, en ese momento se te comienzan a llenar con pensamientos de pureza y amor, conoces de relaciones con la sociedad y desconoces la discriminación o alguna otra sensación que te cause incomodidad con la sociedad, con el paso del tiempo los vasos a tu alrededor que te comparten esas aguas cristalinas y puras comienzan a dejar de hacerlo, en ese momento se acercan algunos con aguas impuras, estos que se han llenado de ideas y sensaciones de división, agresión e incluso ego, son estos vasos quienes si los dejas comenzaran a llenarte con sus aguas las cuales con el tiempo cambiaran la pureza y claridad de tu mente para volver tu agua obscura, es entonces cuando comienzas a dejar de observar el mundo como la maravilla que es, deja de ser un milagro, una emoción y es entonces que se te presentan los imposibles, las complicaciones y las soluciones se escapan de tus manos.

Agua clara, agua obscura

Agua clara, agua obscura

Las cosas se ven con mayor complejidad, es difícil distinguir entre las aguas de tu mente que ahora se han contaminado, en ese momento es cuando aun teniendo una manzana pura y limpia frente a ti, observas una contaminada y que no es posible digerir, ahora es desagradable e impura a tu mirada.

Todos los días tenemos dos opciones para alimentar nuestra mente, tenemos un cierto grado de información y esta puede ser benéfica (agua cristalina) o dañina (agua obscura), es entonces que podemos decidir la forma en que la alimentaremos este día, los pensamientos de: cariño, paz, confianza, seguridad, amor, unidad, valentía, respeto, gratitud, lealtad. Son quienes nos darán nuevamente como en nuestra niñez una conciencia de capacidad, poder y felicidad en nuestra vida. Llenar nuestra mente con estas ideas es necesario para conocernos mutuamente y conocer el medio que nos rodea, de esta forma estamos más transparentes y abiertos a observar las bellezas de nuestro alrededor, las oportunidades, las personas, la vida misma. En ese momento estamos en sintonía y entonces podemos sentirla en nuestro interior para compartir agua cristalina y pura con los demás.

Caso contrario cuando nos alimentamos con sensaciones de: duda, ira, rencor, miedo, remordimiento, tristeza, rabia. Estos sentimientos y pensamientos, nos nublan la mira pues nuestra agua se obscurece, nos evita ver con claridad todo el mundo que nos rodea, nos llevan al prejuicio y la crítica de lo que no conocemos, nos mantienen por el camino de la infelicidad volviéndose un martirio para nosotros.

Ahora que lo sabes, también descúbrete como capaz de cambiar lo que alimenta tus pensamientos y nutre tu mente con lo mejor, porque eso eres, lo mejor.

¿Con qué calidad de aguas llenarás tu vaso el resto de tus días?

 

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