Para el sacerdote y diputado del Potosí Manuel Martín Cruz, la solución del nombre del nuevo país que había consumado su independencia el 6 de agosto de 1825, y que estaba claro, no querían se siguiera llamando el Alto Perú, zanjar el tema fue relativamente fácil, así el 3 de octubre de ese mismo año dictó, “Sí de Rómulo viene Roma, de Bolívar Bolivia”, cerrado.

Estamos hablando de un país que reconoce sus múltiples raíces desde el nombre, Estado Plurinacional de Bolivia, pudiéramos decir que es grande en territorio, aunque si bien es cierto, cedió terrenos a Brasil en 1867 y 1903, a Argentina en 1893, a Chile en 1904, con lo que perdió su única salida al mar, que todavía reclama, y a Paraguay en 1938, finiquitando el tratado hasta 2009, aun así conserva casi 1,100,000 kilómetros cuadrados, que dan albergue a poco más de 11 millones de personas, las cuales hablan 37 lenguas, dentro de las que destacan, el quechua, el aimara, el guaraní, y el español, hoy la moneda del país, el boliviano tiene un costo de 6.91 frente al dólar americano, la capital constitucional es la ciudad de Sucre en donde reside el poder judicial, sin embargo La Paz, es la sede de los órganos legislativo, ejecutivo y electoral, Santa Cruz de la Sierra es el centro poblacional más importante en el viven 1,500,000 habitantes.

Bolivia ha padecido de manera suprema los males de los países latinoamericanos, como el pésimo manejo de la economía, la cual ha estado a disposición de los intereses políticos, que han corrompido todo el sistema social de los pueblos del continente americano, la sobreexplotación de los recursos naturales, la discriminación y sometimiento de los pueblos originarios, que en dicha nación es el 60 por ciento de la gente.

Solo como un ejemplo, el país en referencia tuvo de 1980 al día de hoy, 19 presidentes, algunos de ellos repitiendo en el cargo; si empezamos a contabilizar con Lidia Gueiler Tejada, a quien de niña su madre le prohibió llorar, porque le decía que era una especie de deporte nacional, que había que empezar a eliminar, fue derrocada por el general Luis García Meza Tejada, apoyado aunque parezca increíble, por el criminal de guerra nazi Klaus Barbie Altamann, para que no entregara el poder a quien había sido electo democráticamente Hernán Siles Suazo, y terminando con quien actualmente de facto gobierna Jeanine Áñez Chávez, una presentadora de televisión que era la vicepresidenta del senado, quien ante la renuncia de Juan Evo Morales Aima, llega al máximo poder político de la nación, el ahora expresidente, después de haberse reelegido en dos ocasiones y gobernado por tres ocasiones durante 13 años y nueve meses, intentó volver a tener un nuevo periodo ejecutivo pese a que la constitución no se lo permitía, pero al presentarse a la jornada comicial y no lograrlo, intenta hacer un descomunal fraude electoral, que ha generado una crisis política de magnitudes extraordinarias, en las que si sus cálculos salen bien, regresará como el hijo prodigo.

Bolivia, la mascarada

Bolivia, la mascarada

Habrá que decir que Evo Morales tuvo diversos logros de todo tipo, de inicio su llegada misma al poder, fue como un bálsamo social que vino a permear prácticamente en todo el continente, durante su mandato, el presupuesto para la salud creció 173%, la mortalidad infantil disminuyó 50%, el producto interno bruto (PIB) creció en promedio 5.2%, el PIB per cápita se duplicó, el Banco Mundial los sacó del listado de países de ingresos bajo y los colocó en el de ingresos medios, además se consolidó como exportador de gas, oro, zinc, soya, y si bien el estaño ya no es el que encumbró a los barones como Simón Iturri Patiño y Carlos Víctor Aramayo Zeballos, sigue formando parte de sus principales ingresos.

Es evidente que el ahora refugiado en México, país que hace honor a su tradición de recibir a los dirigentes caídos en desgracia, y que buscan estas tierras como casa, como lo hicieron en su momento, Juan Negrín López de España, el Shah de Irán Mohammad Reza Palheví, o recientemente José Manuel Zelaya Rosales de Honduras, crisis que le permitió al actual canciller mexicano cortejar a su actual esposa, quien era embajadora de ese país.

Evo Morales, está jugando con fuego, su accionar ya contabiliza muertos, y si la crisis que urdió para que renunciaran todos los posible sucesores y una asamblea legislativa favorable que no acepte su renuncia lo harían volver, ante la presidente legalmente espuria, seguramente será para poner gasolina al fuego, él tiene la decisión ser aun hoy, un transformador de su patria o un ambicioso cegado por el deseo de ser gobernante para conmemorar los 200 años de la independencia nacional, una idiotez.

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