El pasado 15 de abril, estaba programado un comunicado por parte del presidente francés Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron, en el cual se anunciarían sus propuestas con las que intenta terminar con la inconformidad surgida a finales del año pasado, por el impuesto que se aplicaría en los combustibles, el cual tenía la finalidad de conseguir mayor presupuesto para la lucha contra la contaminación ambiental, sin embargo la presión social simbolizada con los chalecos amarillos, derivado de los que usaban los transportistas que fueron los primeros en oponerse al mencionado arancel, generó en una serie de manifestaciones que desbordaron al gobierno galo.

 

Un dato importante a destacar es que el origen del movimiento de los Gilet Jaune, fue la aprobación por un amplio margen de la Asamblea Nacional Francesa, donde el partido gobernante, La República en Marcha, cuenta con 313 diputados de 577, más la unión de 45 más que impulsaron la aprobación del mencionado arancel, en total 358, ósea 62 por ciento de los representantes franceses.

 

El pasado 15 de abril, sin embargo, Francia y el mundo se detuvo para sorprendernos por el increíble incendio que abrazo la catedral de Notre Dame en París, escultura gótica que se construyo entre 1163 y 1345, dedicada a la Virgen María y que, durante muchos años pasó desapercibida al grado de ser saqueada innumerables ocasiones, ocupada como bodega y recinto multiusos, hasta que Napoleone di Bounaparte la rehabilito y dignificó, quedando tan majestuosa que la eligió para en ella auto proclamarse emperador, sin embargo quien sin duda la llevó ser reconocida internacionalmente, convirtiéndola en un icono y ser el centro de admiración de la ciudad luz fue Víctor Marie Hugo, con su novela Nuestra Señora de París.

Retomando nuestro tema, se plantean dos circunstancias por demás interesantes;  en primer lugar, es común pensar que los asuntos de protección al medio ambiente son inatacables, considero que todo lo que se haga en pro de elevar la mejoría y cuidado del medio ambiente, la búsqueda por tener mayor calidad en los procesos productivos, y lograr las menores afectaciones posibles al entorno natural, debe de ser apoyado por todos sin ambages, lo cierto es que este movimiento, nos dio rostro del no.

 

En segundo lugar, el apoyo electoral que es un elemento básico para la legitimidad en la toma de decisiones de los gobernantes, también se vio cuestionado, pues Emmanuel Macron hace dos años ganó la presidencia con el 66 por ciento de los votos, lo que sin lugar a dudas es un amplísimo apoyo popular en dicha instancia, cuando lo normal son muy pocos votos de diferencia, lo cierto es que este movimiento, nos dio el rostro del no

 

Ni una, ni la otra circunstancia fueron suficientes, las demandas de los Gilet Jaune fueron en escalada, a pesar de que las medidas impositivas a los combustibles fueron retiradas en las primeras de cambio por el gobierno, los convocatorias masivas elevaron las apuestas y rebasado el origen de las mismas, entre las nuevas demandas llegaron a plantearse, el aumento en los salarios mínimos, disolución de la Asamblea Nacional, nuevas elecciones legislativas y la renuncia del presidente, las protestas se salieron de control y muchas de ellas se vandalizaron siendo reprimidas con violencia, con una innumerable cantidad de golpeados y heridos, hasta el momento ha llevado a más de 2,000 ciudadanos a los tribunales, todo ello sin contar algunos policías que se suicidaron, aparentemente por las protestas en comento.

 

Hoy vemos que Francia se convulsiona como desde 1968 no lo hacía, en donde el origen de las demandas habría que buscarlo más allá del 17 de noviembre pasado, con la caída de los niveles de bienestar social que reportaron los gobiernos de Nicolas Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa y François Gerard Georges Hollande; esta semana que termina, Emmanuel Macron intentó solucionar la crisis con propuestas que definitivamente no dejan satisfechos a la mayoría de los manifestantes, ya que anunció la suspensión del recorte de personal en la administración pública, que contemplaba 120,000 despidos, una reducción en los impuestos a los trabajadores de medianos y bajos salarios, así como medidas para fortalecer las pensiones de los jubilados e incrementar los apoyos a las madres y padres solteros, además mencionó que Francia incrementará la vigilancia de sus fronteras para contener la inmigración ilegal, “para ser acogedor, tienes que tener una casa. Necesitamos que se respeten las fronteras, necesitamos reglas”, ya que a su decir el país y la Unión Europea se encuentran rebasados en el tema.

 

Finalmente, una de las demandas más solicitadas fue el intensificar la participación ciudadana a través de consultas a la que respondió diciendo “No creo en referéndums permanentes, porque los referéndums no permiten las decisiones difíciles en un tiempo en que deben de ser tomadas”.

 

 

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