La verdad de las cosas, es que la relación entre las dos Coreas y Japón, nunca ha sido buena. A principios del siglo XX, los nipones la invadieron y después de la liberación de la península, por parte de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, los escarceos entre los del norte y los del sol naciente han sido frecuentes, si bien, nunca como ahora.

La península de Corea, es un territorio que tiene 220,847 kilómetros cuadrados, más pequeño que el Estado mexicano de Chihuahua, en algunas zonas llega a tener estrechos de 200 kilómetros y entre los dos países que la ocupan, suman 75 millones de personas.

Como decíamos, en 1910 fueron invadidos por los isleños, y ocupados hasta la firma de rendición por parte de Hirohito, en septiembre de 1945, posteriormente con el inicio de la llamada Guerra Fría, fue el punto en el que se llevó a cabo la primera mareta, entre Estados Unidos, China y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Corea /Japón

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El paralelo 38, que divide casi a la mitad la península, 120,540 kilómetros cuadrados al norte y el resto al sur, fue acordado, por los entonces aliados americanos y soviéticos, para combatir a Japón durante la Guerra Mundial, de tal forma que sus tropas no chocarán entre ellas, lo que permitió que ambos lados fortificarán sus posiciones, y buscaran mantenerlas aún después del triunfo, las elecciones de 1948, agrandaron el descontrol y exacerbó los enfrentamientos entre las dos posturas, derivando en la constitución de la República Democrática Popular de Corea (Norte) y la República de Corea (Sur).

El triunfo de la Revolución China, y su transformación a República Popular en octubre de 1949, hizo que el comunismo en la región se fortaleciera e intentará tener bajo su férula toda la península, por lo que, en junio de 1950 el ejercito del Norte, apoyado en gran medida por los militares sinos y los soviéticos, avanzaron sobre la línea divisoria. Ante la sorpresa y los arreglos que requirieron tanto Estados Unidos, como la Organización de Naciones Unidas para apoyar a los sureños, los comunistas se apoderaron de casi la totalidad del territorio, la situación llegó a tal grado, que en su desesperación, el único General en la historia norteamericana que ha ostentado cinco estrellas Douglas MacArthur, destacado como gobernador de Japón, y quien fue enviado a repeler la agresión, llegó a sugerir la utilización de armas nucleares, lo que se evitó con el desembarco en Inchon y desde ese punto, comenzó la reconquista del territorio Coreano.

La Guerra de Corea fue emblemática, arrojó más de un millón de muertos entre los ejércitos y más de 800 mil civiles, pero especialmente condicionó las relaciones político militares, de todo el mundo, desde esa fecha, hasta hoy.

Corea/Japón

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Corea del Norte tiene abiertos dos frentes de forma constante; con sus coterráneos del sur y con Japón, con los sureños en el 2010, se vivieron los momentos de mayor tensión, cuando una fragata del sur, se hundió tras una fuerte explosión que nadie supo aclarar su origen, ese mismo año en la isla de Yeonpyeong en el mar Amarillo, se llevó a cabo el enfrentamiento directo más importante desde el fin de la guerra, además los norteños han realizado constantemente pruebas nucleares subterráneas, así como pruebas de misiles, Corea del Sur, por su parte con relativa frecuencia realiza maniobras militares cerca de la frontera, la mayoría de las veces, lo hace de forma conjunta con el ejército norteamericano.

Los ensayos con misiles de largo alcance que ha realizado Corea del Norte, en días pasados, especialmente el último que atravesó territorio japonés, paso los semáforos de alarma de un tono amarillo, a un anaranjado encendido, sin embargo, las implicaciones de la reacción japonesa pasa por siete actores directamente involucrados, los dos mencionados, Corea del Sur, China, Rusia, Estados Unidos y no puedo dejar de poner a la Organización de Naciones Unidas, aunque sé que duerme en su ilusión.

“El triunfo de la Revolución China, y su transformación a República Popular en octubre de 1949, hizo que el comunismo en la región se fortaleciera”

Aún el día de hoy, muchos somos los que consideramos, que las bravatas del líder de los de la democrática popular Kim Jong-un, a quién apodan el Glorioso Líder o el Gordo Tercero, son para cobrar notoriedad y vender mucho más cara una tregua pacifista, a cambio de ayuda “humanitaria”, especialmente en alimentos y medicinas que no tiene el país, y que no produce porque el grueso del dinero se destina a la construcción de armamento. No sería la primera vez que las tensiones provocadas, terminen como las de sus antepasados, en este tipo de ayudas.

Sin embargo, hoy la reacción japonesa, se espera sea más contundente y estricta que en otras ocasiones, ya que desde 1945, no surcaba su cielo un artefacto nuclear, con la variable de que China tiene la palabra.

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