Son muchas las historias motivadoras de los atletas que participan en las olimpiadas. Todos ellos han luchado para llegar hasta aquí y no todos con las mismas facilidades, ni posibilidades. Es por ello, que conocer sus historias no solo es emocionantes, sino que además son motivadoras, como la historia de Yusra Mardini.

El pasado 6 de agosto, la nadadora olímpica quedó un segundo por delante de la siguiente competidora, aunque igualmente fueron alrededor de 10 segundos más lento para entrar en semifinales. Aun así, cuando has pasado por lo que Mardini ha vivido, ¿Qué son 10 segundos aquí o allá? Su sonrisa mientras salía de la piscina era igual a la de cualquiera que hubiese salido ganando una medalla de oro en estos Juegos.

La joven, que forma parte del Equipo Olímpico de Refugiados creado por el Comité Olímpico Internacional, compitió y ganó la serie de los 100 metros mariposa. Aun así, se coloca en la posición 41, lo que la restringe de entrar a la final de esta modalidad. La nadadora no pasará a la siguiente etapa, y su nombre por ahora no se incluirá en los libros de registro, pero los que vieron competir a Yusra Mardini la mañana del pasado sábado en los Juegos Olímpicos de Río no la olvidarán jamás

Yusra Mardini tiene una historia increíblemente heroica: de ser refugiada siria a convertirse en una atleta olímpica y competir en estos Juegos Olímpicos. La joven de 18 años de edad, estaba destinada a nadar y luchar nadando por su propia vida. Tuvo que escapar de Siria el año pasado con un grupo de unas 20 personas. Ella estaba en un barco con el motor parado y ella y su hermana fueron unas de las únicas que sabían nadar entre el resto del grupo. Las chicas saltaron del barco y pasaron tres horas empujando a la orilla hasta la costa de Turquía.
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Yusra ahora vive en un campo de refugiados en Berlín, Alemania, donde comenzó a entrenar con Spannerkrebs. Poco tiempo después de haber comenzado a entrenar con Mardini, Spannekrebs pensó que podría ser candidata para los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2020. Sin embargo, cuando supo que el Comité Olímpico Internacional podría reunir un equipo de refugiados por primera vez en la historia, él y Mardini se dieron cuenta de que sus sueños olímpicos podían hacerse realidad antes de lo esperado. En enero, el comité le otorgó una beca de entrenamiento y Spannekrebs le asignó a Mardini un riguroso horario, con clases en la escuela entre cada sesión.

Mañana miércoles día 10, Yusra Mardini estará compitiendo en el evento de estilo libre femenino. La nadadora ya tiene un gran público que espera que la joven consiga unas buenas marcas y experiencia para la siguiente competición Olímpica.
Dejando lo malo en el pasado, simplemente por la competencia que existe en Río, ella y junto a otros 44 refugiados, han demostrado ser ganadores. “La única cosa que siempre quise fue competir en los Juegos Olímpicos “, Yusra Mardini.

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