El 23 de abril se celebra el día mundial del libro y del Derecho de Autor. Por algún extraño capricho del destino coincide con la festividad de Sant JordiSan Jorge, patrón de Alemania, Aragón, Bulgaria, Cataluña, y una decena más de lugares.

Para Cataluña, en torno a esta fecha y a la figura de su patrono existe todo un halo de romanticismo. Una leyenda originaria de la edad media lo presenta como un caballero que salva a una bella doncella.

La historia fue recogida por el costumbrista catalán Joan Amades que situó la lucha de San Jorge y el dragón delante de las murallas de Montblanc.

Sant Jordi

Sant Jordi

Dicen que asolaba los alrededores de Montblanc un monstruo feroz y terrible. Devoraba y destruía todo a su paso. Para evitar el ataque de la bestia, los habitantes decidieron que cada día se ofrecería como tributo a un vecino. Se realizó un sorteo entre la población, incluida la familia real. El destino quiso que fuera la hija del rey. Cuando iba a ser engullida por el dragón apareció un caballero y la salvó hiriendo de muerte al dragón. Era San Jorge. Un hermoso rosal de rosas rojas nació de la sangre derramada del dragón. Desde entonces la tradición catalana dicta que los hombres regalen una rosa a su amada el día de Sant Jordi.

Extraído del Costumari Catalán de Joan Amades.

¿Pero cómo terminó siendo el 23 de abril el día mundial del libro?

El 7 de octubre de 1926 se celebró la primera Feria del libro en Barcelona. Por fin había una fecha para que los escritores hicieran visible su obra. Fue una iniciativa de Vicent Clavel Andrés, escritor valenciano afincado en Barcelona, que con el apoyo de la Cámara Oficial del libro logró que Alfonso XIII y el presidente Miguel Primo de Rivera, establecieran el 7 de octubre, nacimiento de Miguel de Cervantes, como la fecha idónea para la feria.

En 1930 se decidió cambiar la fecha de la feria del libro al 23 de abril. Por razones más que evidentes. La primavera era desde luego el escenario ideal para un evento que se realizaba al aire libre. Haciendo coincidir el día con la fiesta de Sant Jordi, patrono de la ciudad, tendría aún más repercusión.

Entre poemas y flores los catalanes forjaron una nueva tradición. Las mujeres agasajadas con una rosa roja obsequiaban un libro a su enamorado.

La feria tuvo una gran aceptación, pero siguió siendo un evento local durante muchos años.

En 1995 la UNESCO, estableció el 23 de abril como “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”. La fecha fue elegida porque coincidían con los decesos de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, en 1616.

(Aquí los datos históricos jugaron una mala pasada. Miguel de Cervantes Saavedra murió un 22 de octubre de 1616 y fue sepultado al día siguiente. La costumbre era consignar la fecha de entierro y no la de la defunción).

(Otra verdad a medias es la muerte de William Shakespeare el 23 de abril de 1616, fecha regida por el calendario Juliano que se usaba en Inglaterra. Mientras que para el calendario gregoriano, usado en el resto de Europa, sería 11 días después, el 3 de mayo).

Sin razón aparente una serie de erratas hizo que Sant Jordi y el libro compartieran protagonismo.

¿Oh, acaso nuestro caballero quiso empuñó su espada en defensa de este bello objeto?

En realidad fue un libro quien hizo famoso a Sant Jordi.

Capital Mundial del Libro

Capital Mundial del Libro

Este soldado romano, que murió mártir un 23 de abril de 303 por profesar la religión cristiana, fue un santo casi desconocido hasta el siglo XI. Los cruzados trajeron desde tierra santa noticias de sus proezas que al mezclarse con algunas historias medievales dieron lugar a la leyenda del dragón.

En el siglo XIII, el obispo de Génova, Jacobo de la vorágine, escribió una recopilación sobre la vida de ciento ochenta santos. La Leyenda dorada o Legenda aurea fue uno de los libros más copiados durante la baja Edad Media y aún hoy existen más de un millar de ejemplares manuscritos. Con la invención de la imprenta, dos siglos más tarde, su reputación se había consolidado y antes del fin del siglo XV aparecieron numerosas ediciones impresas.

El combate de Jorge de Capadocia y el dragón, por su iconografía tan bella y la fantasía que la rodeaba, llegó a ser una de las más populares y más representada por pintores y escultores.

Lo cierto es que hoy celebran esta fecha millones de personas de más de cien países. Movilizando a centenares de asociaciones, escuelas, organismos públicos, colegios profesionales y empresas privadas.

Desde el año 2000, la UNESCO apoya otra iniciativa llamada, Capital Mundial del Libro, para transformar así la celebración de este día en una actividad periódica, que extiende aún más la influencia geográfica y cultural de los libros.

En 2017, Conakry, la capital de la República de Guinea, será la Capital Mundial del Libro.

“La fuerte inversión de la República de Guinea en la promoción de los libros y la alfabetización es testigo de una visión clara de la cultura y la educación como motor de desarrollo y recuperación, y la UNESCO está decidida a apoyar estos esfuerzos.”

Irina Bokova director general de la UNESCO

Frank Kafka dijo: “un libro debe ser un hacha para romper los mares congelados dentro de nuestra alma”.

Pero yo me inclino por la versión romántica de la historia y me atrevo a decir que un libro es la mejor arma para vencer el dragón de la ignorancia.

¿Y ustedes qué opinan?

 

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