El poder del color violeta

En la Grecia Antigua el color “morado” era tan importante, que más de 2,000 personas se dedicaban exclusivamente a trabajar creando Seda Morada la cual era muy cara, apreciada y prácticamente elaborada para los más ricos, pues eran los que podían adquirirla. Se pensaba en ese entonces que el color morado y el uso de las Amatistas influían para adquirir paz mental y para que tuvieran maravillosos sueños. El color violeta o morado se asocia a un magnetismo especial, por eso es que las personas que buscan un crecimiento espiritual, buscan en los cuarzos de este color una ayuda de renovación y limpieza interior.

amatista del tamaño que quieras (previamente purificada en agua con sal marina y dejándola al sol durante un día) sosteniéndola en la parte del entrecejo, o bien en tu mano izquierda, y te transmitirá una paz mental y sosiego. La actividad de tu mente se aquietará rindiéndose por momentos y alcanzarás estados mentales superiores en instantes de confusión o stress, restableciendo tu equilibrio mental.

Este cambio que parece milagroso se debe a que el color morado es un color de transformación al más alto nivel espiritual y mental, es capaz de eliminar los miedos y de aportar paz interior. En los trastornos emocionales actúa como un limpiador energético al mismo tiempo que nos conecta también con los impulsos musicales y artísticos, el misterio y la sensibilidad a la belleza y los grandes ideales, transformándonos en seres llenos de sensibilidad, espiritualidad y compasión.
Se dice que los antiguos habitantes de la Atlántida utilizaban los cuarzos para programarlos (sobre todo el color blanco). Los usaban para guardar información y con ello obtenían durante sus meditaciones estados de consciencia inigualables.