Cuando México apenas empieza a recuperarse del desastre del terremoto que asoló varias zonas del país el pasado 19 de septiembre dejando más de 350 muertos, una noticia positiva me deja con buen sabor de boca.

Y es que entre tanta tragedia, algo bonito que contar, el bebé que nació en plena calle de la Ciudad de México, mientras los edificios se venían abajo.

Jessica Mendoza se encontraba en plena sala de parto cuando de repente, el suelo comenzó a moverse y la tuvieron que sacar de ahí, pero a pesar de la situación del momento, ella no olvidó su tarea de dar a luz y así fue, Adolfo Iñaki vino sano y salvo al mundo.

Jessica tenía 6 centímetros de dilatación y el suelo se movía, pero ella dice que su instinto de madre la hizo seguir adelante y pensar que ella tenía que traer el niño al mundo como fuera.

Recuerda que a su lado estaba su marido, su médico, su madre, unas enfermeras y la comadrona y que entre todos, a pesar del susto del momento, decidieron sacarla de la clínica en su estado para poder dar a luz en otro lugar, pero el bebé no aguantó más.

Adolfo Iñaki, el milagro del terremoto

Adolfo Iñaki, el milagro del terremoto

Amaro Ortiz, el papá del bebé milagro dijo que buscaron en la calle la mejor ubicación posible, que finalmente resultó ser la banqueta ubicada en la esquina de las calles Durango y Sonora, de la capital.

El padre contó afortunadamente con la ayuda de unos policías que colaboraron con ellos construyendo una especie de casa de campaña con unas sábanas y mantas que convirtieron en sala de parto improvisada.

El personal médico no contaba con nada más que con sus manos y su experiencia, así que sin anestesia ni quirófano y usando únicamente unas gasas, guantes de látex y un aparato para medir la frecuencia cardíaca del bebé, en 30 minutos, Adolfo vino al mundo en plena calle y en pleno sismo.

La madre y el bebé se encontraban en perfecto estado a pesar de las precariedades de la situación, pero es que el niño venía con muchas ganas de luchar y quedarse en este mundo y así fue.

Jessica cree que Adolfo es un “milagro” y agradece enormemente a todo el equipo lo que hicieron por ella y cuánto la ayudaron a pesar del momento de caos.

Por su parte, el orgulloso padre dice que “si Adolfo Iñaki ha sobrevivido a este terremoto justo cuando estaba naciendo, va a superar todo en la vida”.

Ante tanta tragedia de fenómenos naturales, guerra y terrorismo, hechos como este se agradecen porque demuestran que no hay que perder la fe en la humanidad y que un mundo mejor es aún posible.

Hasta el momento, las noticias que llegan de México no han sido muy esperanzadoras y la tragedia se ha cebado en el país, pero recibir noticias como esta nos llena de alegría el día.

Y tú, ¿crees en los milagros? ¿qué hubieras hecho en la situación de Jessica?

Sigue leyendo a Luciana Prieto

 

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