Como creíamos que nada malo nos iba a suceder, a veces nos poníamos en riesgo.

Íbamos a la universidad o a los bailes pidiendo pon y hacíamos precisamente lo que nuestros padres nos dijeron que no hiciéramos, para estar fuera de peligro.

Yo viajaba en el tren en Nueva York, sola, a cualquier hora de la madrugada. Nosotros conversábamos con cualquiera en cualquier parte, íbamos a eventos solos igual que acompañados. Nos enamorábamos de alguien sin conocer su pasado, ya no traíamos al vecino a conocer a nuestros padres.

Ese fue el momento del sexo libre, las drogas y el “rock and roll”, con grupos como los Rolling Stones poetizando los excesos de la juventud mundial. Pero si, sucedían cosas malas. Ya habían asesinado al presidente Kennedy, estando nosotros en la elemental o intermedia.

Luego al poco tiempo de graduarnos de la secundaria asesinaron a Bobby Kennedy y después a Martin Luther King. Bastantes líderes políticos en los Estados Unidos murieron violentamente asesinados en esa época, incluyendo a Malcom X y al líder sindical Jimmy Hoffa.

El asesino en serie más prolífico de la historia de los Estados Unidos, Ted Bundy, causaba terror en universidades en varios estados en los años 70,

pero el satánico Son of Sam se concentraba en Nueva York para sus viles asesinatos de parejas. Era la época de Helter Skelter y Charles Manson. Las noticias estaban llenas de demostraciones universitarias y ceremonias a políticos caídos, ya sea por asesinatos o escándalos, como la renuncia del presidente Nixon. Encima de todo eso, el tiburón “Jaws” estaba aterrorizando en el cine, al igual que “El Exorcismo” que nos dejó conocer de cerca la posesión diabólica. No olvidemos que no todo era terror, habíamos puesto al primer hombre en la luna y los Estados Unidos se enorgullecía de sus logros científicos y tecnológicos ante el mundo, aunque la guerra de Vietnam nos ponía a la defensa con los medios y los izquierdistas.

Eran tiempos tormentosos y preciosos a la misma vez, porque nuestros núbiles ojos lo veían todo rosado, todo era pasajero, al virar la esquina todo mejoraría. El mundo estaba ardiendo, pero nosotros, los jóvenes, nos separábamos del caos, la tristeza, los enfrentamientos generacionales y cierto sentido de culpabilidad con la música embriagadora de Las estrellas de Fania y los Bee Gees. Nosotros seguíamos poniéndole más flores en nuestros Volky, las faldas se ponían más cortas y algunos, más atrevidos, buscaban encontrar el “high” más alto a través del LSD. ¿Quién iba a decir que esos inadaptados de los años sesenta y setenta se convertirían en personas responsables, de gran ética laboral, auto-asegurados, competitivos, ingeniosos, enfocados y disciplinados?

Nosotros estamos entre las personas que más dinero han acumulado en la historia de los Estados Unidos, nuestros hábitos de compra contribuyen al 77% de la riqueza americana. También nos hemos encontrado en medio de la política. Desde el presidente Bill Clinton hasta Donald Trump, en recientes años, muchos políticos de alto rango en los Estados Unidos son Baby Boomers y han luchado a beneficio de su generación. El impacto político de los Boomers se ha sentido en cada aspecto de la vida estadounidense. Hoy en día, los milenios nos miran con resentimiento e incluso hasta incredulidad ya que nos culpan por el reciente Trumpismo de los últimos años.

LAMENTO que los jóvenes de hoy no se muestran tan optimistas y soñadores como lo fuimos nosotros, que vivimos en tiempos bien difíciles cuando éramos de la edad de ellos. Nosotros vivimos en tiempos turbulentos, en un mundo de guerra y cambios que la sociedad y nuestros padres no querían aceptar.

No estábamos tecnológicamente avanzados, había tres o cuatro estaciones de entretenimiento en la televisión, pero buscábamos divertirnos y comunicarnos unos con los otros. Los amigos eran importantes y para siempre. Teníamos la expectativa de que todo mejoraría, que vendrían tiempos mejores para los que nos estábamos preparando. Los jóvenes de hoy son más pesimistas, se quejan más, no están preparados para hacer más con menos como lo hacíamos nosotros.

Capaz es un cliché que debe haber quedado atrás en los años sesenta, ese es su problema. El amor y la paz son eternos.”   John Lennon

 

 

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