Llegó el día del abismo. Cuerpos cayendo dentro de la realidad más absurda. Hoy no eres. Mañana ya estarás registrado en la lista interminable de un pasado que ya nunca fue.

La cadencia de la caída marca el avance del tiempo. Abismos que no existen te devoran. Horas llenas de azufre se resumen en palabras nunca dichas.

Un nuevo día ofrece la posibilidad de una soledad pactada con dioses y demonios. Pero ya nada volverá a ser cuerpo de perfiles vestidos de sentimiento.

La oscuridad es tan cruel que se escapa del presente. Ya nada ni nadie espera por mis huesos. Ya nada ni nadie quiere mi alma.

Por fin estoy libre en el límite del abismo, vestido con los zapatos apropiados para un nuevo paso dentro de mis pies.

 

 

 

 

 

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