Destructor de mi poema,
invierno, nublas mi mente,
tristeza que de repente,
confunde todo mi esquema.
Turbada por mi dilema,
anoche cuando dormía
bailaba en mi poesía,
en primavera y su sol.
Yo danzaba en el calor,
en un sueño en que reía.

 

¿Borrarás mi poesía?
Tan gélido, me consternas,
oscuridad sin linternas,
hurtador de mi alegría.
Cuando niña, quién sabría,
con lo mucho que gocé,
porque en ti yo disfruté,
y con pestañas heladas
y las manos congeladas,
invierno, yo te abracé.

 

De mi ventana escarchada,
te veo, espejismo amargo.
No te aguanto, invierno largo,
como duele tu llegada.
Por ti, estuviera callada;
mi poesía silente,
esos juegos con mi mente,
angustias me traerán
y poemas brotarán,
¡Desde mi pluma ferviente!

 

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