Del sol que recuerdo haber observado una vez
con la muerte del ciego, casi ciego hoy
aquí aguardo tus dulces huellas en el aire

Tù figura, la luz de tus ojos verdes sobre las nubes grises
más allá de las estrellas apagadas, tù cintura perfecta
arde tù cuerpo màs allà del universo apòcrifo

Aquí vencido, yo un amante mentiroso, ruego
acariciar mil veces màs tus poros y tu cabello
mis labios estampados en tù cuerpo ìntegro

Y en esas noches desde Ramallo hasta arribar al Monumento
el volante de mi auto lo bañaba mi llanto sin tiempo

hasta el abrazo sin lìmites

Sus brillantes victorias me contaba
y el modo y la ocasión con la serena
faz con que abría la contienda brava

De llanto rompo con ella, dolorosa vena
pues lo mismo que un tiempo me alegraba
me causa ahora inconsolable pena…el tiempo perdido

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