La libertad de prensa es universalmente una garantía constitucional, fundamentada en la libertad de expresión, presente en las sociedades políticamente democráticas con libertades plenas. Es el derecho de la sociedad a expresarse libremente y sin censura y ni censura previa por parte de los estados y sus funcionarios.

El libre albedrio es la potestad que se tiene de obrar según su criterio. Es la libertad tanto para hacer el bien o el mal, que tiene además sus implicaciones éticas y morales, pues hay que ser responsable de sus acciones ya sean acertadas o erróneas.  Hay libre albedrio en la Biblia, en la Filosofía, en el Derecho, que sirve como fundamento legal para el castigo de los delincuentes, que, si han tenido la libertad de delinquir, también deben aceptar su castigo.

Libertad de expresión y libertad de prensa

La libertad de prensa, una de las características de sociedades con libertad de expresión plena, es el derecho de los medios de comunicación (prensa, radio y televisión, tanto tradicional como digital) de investigar, informar y difundir informaciones sin ningún tipo de limitaciones, como la censura previa, el acoso o el hostigamiento. Importantes publicaciones de juristas destacados han hecho jurisprudencia sobre el tema injuria, calumnia y medios de comunicación.

Libertad de prensa, límites y excesos

Libertad de prensa, límites y excesos

Para la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), no se puede atacar la libertad de prensa por medios indirectos, como el control abusivo del suministro de papel (caso de periódicos), de frecuencias radioeléctricas, o de enseres o aparatos usados en la difusión de información, que impidan la libre difusión de ideas y opiniones, pues se estaría restringiendo también la libertad de expresión.

Sin embargo, implica deberes y responsabilidades, fundamentalmente para proteger los derechos de terceros, del Estado, del orden público o la moral de la gente. Se incurre en excesos quienes hacen apología a favor de la guerra, al odio, intolerancia racial o religiosa e incitan a la violencia o a realizar actos delincuenciales.

 

“La libertad de prensa implica deberes y responsabilidades”

 

Pero TODOS, absolutamente todos tenemos la garantía Constitucional y el derecho a la honra y el buen nombre. Existen mecanismos jurídicos que tutelan este derecho, como la obligación de rectificar e incluso entablar acciones de injuria y calumnia, se puede afectar gravemente a la persona en su dignidad, la de su familia, su entorno laboral y social.

Bajo el ropaje de la libertad de prensa, se afectan a diario derechos, argumentando la libertad de expresión. Nada más equivocado, esta actividad debe ejercerse con responsabilidad y sin afectar los derechos de los demás. Nada justifica que se ataque o destruya la buena imagen de una persona con base en hechos irreales y no comprobados.

El 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de prensa en 1993, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación adoptada durante la 26ª sesión de la Conferencia General de la UNESCO en 1991.

Esta celebración es la ocasión para recordarnos acerca de las violaciones a la libertad de prensa, así como que, en decenas de países alrededor del mundo, las publicaciones son censuradas, algunas multadas, suspendidas o anuladas, mientras que periodistas, editores y publicadores son acosados, atacados, detenidos e incluso asesinados.

Ojala todos reflexionemos sobre sus límites y excesos y aprendamos de los episodios violatorios de lado y lado: los periodistas a no atacar sin comprobar la fuente ni escudarse en la libertad de prensa, y los políticos y demás personajes, a respetar a los periodistas y los medios así como lo exigen para ellos.

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