“Mariposa vagarosa, linda en tintes y en donaires, que haces tú de rosa en rosa, como vuelas por los aires?”

Una oruga se paseaba por el jardín lentamente, su anatomía no le permitía mayor agilidad, a su paso dejaba huella en los residuos de barro que estaban húmedos aún, por la lluvia constante de esos días.

 La oruga tenía miedo, alguna vez había oído que “después de la tormenta viene la calma” y supuso que esa premisa podía tomarse de manera contraria, así la calma la asustaba más que la tormenta.

Después de un largo recorrido llegó a la laguna, el agua reflejaba el sol y la oruga se reflejaba en el agua. Todo era tan estático como la imagen en una fotografía, el frío congelaba su pequeña estructura, la niebla le opacaba la mirada.

Lloró durante tres días sin darse tiempo para dormir o buscar comida; el sol, la luna y algunas ranas eran su única compañía y rogó al Dios de la belleza que le diera ese gran don, su petición no fue concedida pues la divinidad pensó que la oruga no estaba preparada para ser bella.

¿Qué hago ahora? pensó y solo el silencio le contestó, entonces con esfuerzo se deslizó y fue a dar al fondo del agua, donde permaneció casi inmóvil por un mes, tratando de ocultar su minúscula y poco estética figura peluda. Una noche observó a un hermoso pavo real que se acercó a tomar agua de la laguna, a la que algunos de adjudicaban el gran poder de otorgar sabiduría y concluyó que la mejor forma de estar preparada para que el Dios le concediera belleza era ser sabia, tomándose así toda el agua de la laguna.

Zeus el Dios de dioses se compadeció y convirtió a la oruga en la más bella criatura combinando los colores de las alas del pavo y su cuerpo como elemento central, para que nunca olvidara que aunque había cambiado y sus alas eran majestuosamente hermosas ahora, en esencia iba a seguir siendo la misma oruguita que un día soñó con ser bella.

Debemos saber que la vida media de una mariposa dura desde 24 horas a varios meses en el caso de algunas especies, una vez logran salir del capullo al mundo e ingerir los mínimos nutrientes para la supervivencia, su primera misión es buscar pareja y plantar el huevo.

Así, sin perder el tiempo. Una vez fecundadas, las mariposas buscan la planta de la que después se alimentarán las pequeñas larvas, asegurándose como una buena madre avispada de que no haya más huevos en ella, para que la comida sea solo de los suyos.

Concluida la etapa de metamorfosis y de apareamiento, la mariposa vuela hasta agotar sus energías. Se cumple un ciclo más de vida.

Vivamos intensamente nuestra vida, no sabemos cuánto dure, siempre nos acompañara la esperanza, siempre estaremos creciendo, disfrutémosla hoy como si fuera el ultimo día.

 

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