Lettering por Oscar Llorca

Todos sabemos o hemos configurado alguna idea en nuestra mente de lo que significa ser un mochilero, les apuesto que muchos de ustedes cuando piensan en una persona viajando solamente con una mochila en la espalda, inmediatamente se imaginan a una persona joven. Pero, ¿quién dijo que emprender un viaje tiene restricciones de edad? La realidad es que nunca es tarde para tomar una mochila, abrir un mapa y volar.

Cuando digo “mochilero” me refiero a una persona que viaja con una mochila en la espalda como su único equipaje y es justo ahí donde reside la gran magia de emprender un viaje de este estilo: aprender a distinguir entre lo esencial y lo prescindible. Ser mochilero es una actitud y les prometo que la edad, no supone una barrera.

Never Too Late para mochilear por Latinoamérica

Never Too Late para mochilear por Latinoamérica

Ahora bien, muchos estudios han comprobado que lo que realmente hace felices a las personas no son los bienes materiales sino las experiencias vividas y los recuerdos que guardamos de ellas. Pero no engañemos a nadie, en realidad no necesitamos de ningún estudio para comprobar esta hipótesis. Todos sabemos lo efímera que es la satisfacción que proviene de las cosas materiales, así como lo infinitos que son los momentos sencillos en los que nos entregamos plenamente al presente. Así que cuando se trata de emprender un viaje, no hay pretexto que valga.

Es cierto que viajar durante varios días o incluso meses puede parecer aterrador. La buena noticia es que seguramente ese miedo viajará contigo a cualquier destino que escojas. La verdadera magia de emprender un viaje acompañada solamente de una maleta, es ser capaz de tomar ese miedo y transformarlo en coraje y valentía, comprobándote a ti misma que aquellas barreras mentales que nunca pensaste superar, eran solo eso, barreras mentales.

Mochilear significa conocer lugares nuevos, ver paisajes de ensueño, conocer a personas nuevas, romper tus estereotipos, ampliar tu mente, eliminar prejuicios, dejarte sorprender, conocerte mejor, entender el mundo. En fin, todo lo mejor que la vida tiene que ofrecer, lo descubrirás viajando. Definitivamente no es algo sencillo, seguramente te enfrentarás a situaciones desconocidas; a idiomas ajenos, a culturas distintas, a camas incómodas, a enfermedades imprevistas, pero en ningún lugar está establecido que las cosas difíciles no puedan ser igualmente increíbles.

Ahora bien, hay tantos destinos como mochileros. Cualquier lugar del mundo puede ser tu siguiente destino. Sin embargo, hoy les vengo a contar sobre un destino en específico: Latinoamérica. Esta parte del mundo tiene una magia especial que simplemente no se compara a ningún otro lugar del mundo.

Primero y, antes que nada, su gente. Comprobarás por ti mismo que el encanto de las personas de esta región del mundo no es un mito. Gente llena de vida y de colores que te calentarán el alma y que te harán sentirte en familia después de 2 minutos de conocerlos. Si viajas por estas tierras es forzoso convivir con las distintas comunidades indígenas que habitan en este hermoso continente: los wayú, los purépechas, los aymaras, los guaraní, los quechuas, entre muchos otros. Conocerlos es realmente adentrarte en las raíces de este continente.

Never Too Late para mochilear por Latinoamérica

Never Too Late para mochilear por Latinoamérica

Punto número dos, la comida. Deja que tu paladar viva nuevas experiencias y sea testigo de los sabores más exóticos y exquisitos que el mundo tiene que ofrecer. No tengas miedo, mientras más platillos pruebes, mejor. Yo tengo una regla de oro cuando viajo: queda prohibido decirle que no a cualquier platillo, viajar es el momento ideal para abrir tu mente…y también tus pupilas gustativas. En este viaje podrás disfrutar de algunas de las mejores carnes del mundo en Argentina, o un exquisito ceviche en Ecuador, arepas de ensueño patrocinadas por colombianos o los famosísimos tacos mexicanos.

Todas las personas que deciden recorrer Latinoamérica quedan sorprendidas por el tamaño y las grandes distancias que hay que recorrer. Pero las grandes magnitudes de tierra que vas a llegar a recorrer, es algo de lo que tienes que experimentar por ti mismo. Eso sí, prepárate para caminar mucho y también para pasar largas horas en buses (el principal medio de transporte).

Por último, para mochilear por Latinoamérica hay una pieza que es clave: no tener miedo. Todos hemos escuchado “lo peligroso que es Latinoamérica” pero si eres capaz de ver más allá de este estereotipo, te encontrarás con que Latinoamérica es todo, menos inseguro. Deja tus prejuicios en casa y permítete vivir.

En fin, mi último consejo si deciden llenar su mochila y largarse, es que mantengan una mente abierta en todo momento. Dejen de ver el mundo como a través de un escaparate y aprendan a realmente mirarlo, sentirlo, respirarlo, vivirlo. Recuerden que viajar es una brutalidad. Atrévanse a perder de vista todo lo que les resulta familiar, tiren el mapa a la basura y piérdanse… pues la belleza de perderse reside en encontrarse.

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