El triunfo del “Brexit” en el Reino Unido es una clara consecuencia de la situación socio-económica que viene atravesando el continente europeo en los últimos años, al tiempo que ya se convierte en causa de su desarrollo futuro. La situación de los refugiados, la inmigración y la recesión económica parecen estar favoreciendo el auge de líderes populistas no solo en Europa sino también en Estados Unidos, como lo indica la popularidad alcanzada por el republicano Donald Trump.

La intensificación de los flujos migratorios hacia Europa por razones humanitarias y las tragedias que éstos han generado ha puesto entre paréntesis el manejo europeo de la crisis. El reciente accidente en el que fallecieron ahogadas 800 personas en el Mediterráneo, los planes contenidos en la Operación Sofía y la propuesta de la Comisión Europea de emplear “incentivos negativos” contra los países generadores de migración, así lo indican. A esto se suma un contexto económico recesivo, con caídas del salario y desempleo creciente en los sectores no cualificados, además de la crisis de la deuda en los países del sur del continente.

En Estados Unidos, el trato oficial al tema de la inmigración y la crisis económica plantean un fenómeno análogo al de Europa. Un reciente informe del FMI, destaca la desigualdad de los ingresos y la reducción de la clase media hasta el mínimo en los últimos 30 años. Asimismo, el ajuste a la baja de las proyecciones de crecimiento de la FED, el descenso de 62,6% de la tasa de participación laboral y el pronóstico del Conference Board sobre el advenimiento de la primera contracción de la productividad en los últimos treinta años, anuncian una recesión en puertas.
populismo1

Semejante contexto económico ha creado las condiciones para el florecimiento del populismo en Europa y Estados Unidos, lo cual ya está agravando aún más la situación económica en Europa. Sin embargo, el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, celebró la victoria del Brexit como una “oportunidad gloriosa” que permitirá a los británicos asumir el control de sus fronteras y “retomar el control de nuestra democracia”.
No obstante, el Tesoro británico pronostica para los próximos dos años una contracción del 6% del PIB, 800 mil desempleados y caída del consumo y la inversión.

Mientras tanto, Donald Trump celebra la decisión de los ingleses y la extrema derecha en Francia y Alemania aumentan su popularidad, logrando esta última buenos resultados en las elecciones estatales. Este nacionalismo es anti-inmigración y cobra cuerpo también en Austria, Hungría, Italia y Polonia. Todo indica que se trata de una reacción frente al multiculturalismo propio de la globalización en un contexto económico recesivo; aunque lo cierto es que revertir un proceso como este puede resultar socialmente traumático y económicamente doloroso.
populismo_final

No Hay Más Artículos