Fatuo, ego enfadado, lleno de presunción o vanidad infundada y ridícula. Cuando el orgullo es más fuerte que el yo tranquilo, lo aplasta y te aplana el cerebro, te encuentras sin salida, tu mente vuelve a tomar forma, el martillo es la necedad que no aprende de la sabiduría, el martillazo es tuyo al querer actuar sobre la trampa del ego intransigente.

Bendigo todo lo que merezco, me libero de pensamientos repetitivos de culpa y ansiedad, antes sufría de un ego enojado.  El ego no se disculpa, el ego exacerbado practica la intolerancia.

Exceso de autoestima crear un error en la mente, te sujetas de lo que no eres, te sujetas de lo que no tienes.

Cuando el alma está enferma crea su propia medicina, la mente que desplaza los pensamientos del desafortunado y trae a tiempo presente pensamientos del yo afortunado.

 

Lo que debo de fortalecer:

Aprender del abrazo que desintoxica.

Lo que debo soltar:

El ego de doble moral.

Cargas de opresión

Ligaduras de impiedad.

Lloriquear, adicción a las lágrimas cuando no se posee lo que se quiere.

 

Basarse en el tener.

Basarse en el padecer.

Acciones limitantes:

El chantaje emocional del ego, del ego enojado, cuando no sabe, vacía su mente de basura y crea salud mental a través de la filosofía de vida que vivifica.

El sabelotodo que no aprende del psicólogo porque se cree más que él.

El ego exacerbado se ve estrangulado por el mal debido a la confluencia de detractores, su público que no quiere dejarle razonar.

El ego es impasible es incapaz de padecer o sentir.

El ego posee anti virtudes de insensibilidad, es apático e indolente.

Ego subterfugio del alma cruel, aprende a no decaer por la razón.

La bondad atrapa el exceso de autoestima, lo captura, lo deja atrás y usa la mansedumbre libre de hipocresía, la humildad libre de la humillación del pedante, la sabiduría de lo alto en el sano juicio sin cobardía para desplazar el error.

Desintoxicación de la mente, desplazar lo insano y retened los pensamientos buenos.

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