A veces te sientes bajo la presión de resolver detalles en tu vida, posiblemente uno o dos contratiempos, algo inesperado, o tal vez situaciones que se salgan de control. Para que reanudes el curso nuevamente, no te dejes impresionar por el negativismo, ayúdate con la comprensión.

La persona optimista no se da por vencida, la única forma de dar un paso atrás es recargar con nuevas fuerzas, inhalar aire nuevo y tomar un nuevo impulso. Incluso si no obtienes el resultado esperado, no te rindas, busca alternativas, persevera y evalúa antes de tomar una resolución.

Un optimista cree que él mismo es capaz de superar y transformar su propia realidad para abrirse paso, sin importar si encuentra un océano, no lo intimida, sabe cómo revertir las situaciones a su favor sin lastimarse.

El optimismo es el valor que nos ayuda a reconocer cuán privilegiados somos y el papel que desempeñamos en este mundo.

El optimista observa el potencial en las personas, encuentra lo mejor de sí mismo, cree que tiene un rol importante en la sociedad para el que siempre está contribuyendo y valora positivamente.

“Es importante que reconozcas tu potencial, valores tu posición en la vida, esfuérzate por mejorar, supera toda comprensión, no te limites, triunfa sobre las situaciones difíciles”.

“El optimista sonríe cuando se cae, le parece gracioso, no absorbe el veneno, incluso si todo el mundo lo hace, encuentra lo mejor de la rutina”.

 

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