El nefasto se encuentra también en el poder político. La resiliencia social consiste en mantener la calma ante las mareas crecientes y avanzar como un grupo social con identidad. La mente es la nave fuerte; la tenacidad es el corazón, fortalecido y transformado por la capacidad de acción hacia una sociedad nueva, perseverante, proactiva, tolerante y feliz.

Las vendas caen de nuestros ojos gracias al conocimiento de la verdad; cuando tenemos sueños, los alimentamos, no hay límites para continuar nuestra discusión.

Las adversidades son el mar.  Las discusiones caen solas porque el mar las absorbe; las lágrimas se encuentran con el mar y se mezclan,

Cuando el alma es débil, no se hunden.

La sociedad se vuelve estéril cuando no tiene puntos en común. El aislamiento social que invade y mata busca a la sociedad recursiva; los alienados que no encontraron favor ni salvación en la retórica y, en cambio, encontraron la daga con la que se dañan a sí mismos y a los demás.

Existe una guerra psicológica. El poder político de los países que quieren moldear la sociedad, el nefasto no los encontrará.

La dignidad y la democracia son parte de la resiliencia; son el nuevo y fuerte barco que no se rinde ni se deja vencer. Ante la furia del mar, mantén la calma y defiende tu dignidad y tu derecho a la democracia.

Cuando la sociedad es débil, es porque está aislada, cansada y dividida, y ese es el salvavidas de los náufragos. Deja atrás el miedo a la protesta,

Defiende tus derechos, tu dignidad y la democracia.

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