El etnocentrismo consiste en creer que la propia perspectiva valora la cultura y los grupos sociales; es la creencia de que la propia cultura y raza son diferentes y superiores a las demás.

Hoy en día, impera la ley del más fuerte. Grupos en el poder político atacan a grupos étnicos enteros, casi hasta el exterminio, para no pasar a la historia como criminales que permitieron la supervivencia de unas pocas culturas indefensas. Esta es su forma de mostrar indulgencia.

Superar el miedo a la geopolítica es la batalla del momento. No hablamos de economía sin querer apoderarnos de territorio, y ese es el dolor de cabeza de la sociedad actual.

 

La discriminación racial persiste cuando a grupos étnicos enteros con largas tradiciones en sus países se les niegan derechos territoriales, lo que crea la trampa que aprovecha el narcotráfico y el contrabando.

Grupos étnicos enteros son desplazados y discriminados, y terminan en las grandes ciudades como inmigrantes en medio de conflictos sociales.

Existen grupos étnicos vulnerables a la delincuencia y utilizados como mulas humanas en el narcotráfico, transportando narcóticos en su interior. También son perseguidos como animales por traficantes de personas y vendidos incluso en otros continentes.

Existe el temor al racismo etnocéntrico porque causa guerras, desplazamientos forzados, inmigración, apropiación de tierras, rutas de narcotráfico y trata de personas.

 

La sociedad no coexiste tal como es;

las culturas deben ser observadas y valoradas con justicia,

 

 

preservando en los derechos humanos y la libertad de pensamiento para que puedan ejercerlos libremente sin temor al racismo etnocentrista.

 

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