El neón construye las sombras de la noche en las esquina de la ciudad.

Algún perfil desafía la gravedad caminando hacia el nido de sus sueños.

Siempre hay ventanas con ojos acechantes

que buscan descubrir a los fantasmas de las esquinas

o atrapar el vuelo rasante de las brujas en su regreso,

pero ya ni los párpados de los búhos consiguen vencer

el aburrimiento de esta nada.

Hasta que finalmente el dios de la realidad regresa

salvador

con su nuevo bostezo de luz.

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