Cuando la Primer Ministra Británica Theresa Mary Brasier, tomó las riendas del Gobierno de Albión en julio de 2016, tenía la consiga fundamental, de administrar con el menor número de daños posibles, la salida que en referéndum los ciudadanos de su país habían votado, para excluirse de la Unión Europea. Gran Bretaña deberá de dejar el organismo en 13 meses, cuando entrará en vigor un acuerdo de transición hasta finales del 2020.

 

Hace dos años, con el propósito de fortalecer su posición política y personal, expresó BREXIT significa BREXIT, que en muy pocas palabras resumía, la expresión aparentemente tautológica de abandonar la asociación, a la que se habían integrado en 1973, y con ello mandaba el mensaje de que lo harían sin ambages, frialdad y la dureza de carácter que la caracteriza, de la que muchas veces ha hecho gala.

 

Los analistas que vieron el proceso desde su inicio, todos sin excepción, apostaron por una separación, complicada y dolorosa, de la que saldrían más sorpresas que de una chistera. Si bien es cierto, las negociaciones entre Bruselas y Londres, como ya se vislumbraba sería complejas, la búsqueda de equilibrios al interior de los británicos han venido a poner el principal elemento de inquietud, destacando por sobre todos, la cuestión de Irlanda del Norte.

 

La isla de Irlanda, está dividida en cuatro regiones, Connacht (oeste), Leinster (este), Munster (sur) y Úlster (norte), en 1169 Diarmuid Mac Murchadha Caomhánach, quien es considerado el  mayor traidor de su historia, con el propósito de recuperar el reino de la segunda región, de la que había sido expulsado, pidió ayuda al Monarca Ingles Enrique II (Plantagenet), quien acepta y aprovecha para convertirse en el Señor de Irlanda. El rompimiento en 1534 del segundo Rey de la casa de Tudor, Enrique VIII, con el Papa Clemente VII, permite que surja la Iglesia de Inglaterra, lo que tensó las cosas con los católicos irlandeses, quienes perseguidos en su propia Ínsula, huyeron en una diáspora masiva a América del norte.

 

Entre 1801 y 1922, la totalidad de la comarca perteneció al Reino Unido, hasta que como resultado de los alzamientos de Pascua, se negocia un pacto separatista, en los que Irlanda del Norte, que pertenecía a la región Úlster, podría elegir su permanencia con los británicos o conformar la totalidad irlandesa, sin embargo de facto, se inclinan hacia los primeros; lo anterior desencadenó la guerra civil, que entre otras cosas impulsó la formación del Irish Republican Army (IRA), y del nuevo Estado Éire en 1937, que no fue reconocido por Londres hasta 1950.

 

Desde esa fecha hasta ahora, han transitado por una tensa calma, matizada con la triste época de los años ochenta de las huelgas de hambre, iniciadas el primero de marzo, justo hace 37 años, que terminó con la muerte de Robert Gerard Sands, quien tras 66 días murió de inanición, al que le siguieron 9 presos más, dejando muy claro, el por qué a Margaret Hilda Tatcher se le llamaba la mujer de hierro.

 

El Sinn Féin (Nosotros Mismos), es el Partido Republicano Católico Irlandés, que ha jugado un papel importante con su política de abstencionismo puro y duro, de hecho, a pesar de tener la posibilidad de mandar diputados al parlamento de Westminster, tradicionalmente no lo hacen, en esta ocasión los cuatro con derecho a curul, no han ido a tomar protesta, ya que ello significaría jurar lealtad a la Reina, sin embargo, en esta fechas están siendo presionados para ocupar sus sitiales, y terminar de minar la débil posición de Theresa May y los tories, que cada día manifiestan más su división, entre los que desean un BREXIT duro y los que buscan algo que no rompa totalmente con Europa.

 

En día pasados, la premier británica, por primera ocasión en un discurso público, explicó de frente a la población, que no habrá BREXIT sin pagar costos, que la vida será diferente, dura  y que no tendrán acceso al mercado único, pero también reiteró los cinco principios en los que basa la negociación y acuerdo de salida de su país de la Unión Europea; Respetar el referéndum, un acuerdo  perdurable en el tiempo, coherente con los valores de tolerancia y apertura, proteger los empleos y la seguridad de las personas y que fortalezca la unión de la gente y naciones que conforman el país.

 

Lo anterior viene a colación, porque una semana antes, recibió la propuesta europea, que ante la contracción de su poder político, y la división patente del grupo, sugiere un estatuto especial para la región de Irlanda del Norte, para que no salga completamente del organismo, con el propósito de que no vuelva a haber fronteras físicas en Irlanda,  lo que de facto recuperaría para el Éire la totalidad de la Isla, por la que han luchado ochocientos años y se espera el apoyo del Nosotros Mismos.

 

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