Los niños de hoy en día, nacen con habilidades digitales innatas. Ellos no saben lo que es Internet, los pixeles, un móvil o WIFI. Pero tienen curiosidad, sienten la necesidad de querer descubrir qué es aquello de lo que no se despegan los “mayores”, quieren saber en qué consisten esos aparatos que reproducen sonidos, que tienen imágenes, letras. Una vez que les permiten utilizarlos, demuestran grandes habilidades que ni los adultos con muchos años de experiencia podrían haber imaginado. Juegan con el sistema táctil, van de un lado a otro, ponen en Youtube canciones y vídeos de sus caricaturas favoritas como Peppa Pig o la Paw Patrol, y se quedan largo rato cantando, riendo, observando y aprendiendo.

Tecnología y bilingüismo

Tecnología y bilingüismo

A muchos padres les preocupa la insistencia de sus hijos pequeños en usar los dispositivos digitales, en que pasen mucho rato frente a una pantalla y “desconecten” del mundo real. Pero lo que de verdad demuestran es una gran facilidad para desenvolverse con ellos, con los móviles y tablets.

Y a la pregunta de si ¿esto es algo malo? Se podría responder que ahora que estamos viviendo un período de gran desarrollo tecnológico y con una rápida transformación digital en muchas áreas, los niños, simplemente, están desarrollando estas habilidades desde edad temprana. Será algo benéfico para ellos en un futuro por lo que hay que dejarles experimentar de forma responsable.

La mejor forma de aprovechar esas habilidades, más allá de la diversión, está en el aprendizaje. ¿Por qué no aprovechar las ventajas de aprender en edades tempranas para adquirir un nuevo idioma? Si unimos las habilidades que tienen los niños pequeños con los dispositivos digitales a la facilidad que tienen de absorber y asimilar información, podremos conseguir que desde pequeños crezcan bilingües.

Muchas aplicaciones móviles y plataformas online han sabido captar estos puntos y adaptarse a los nuevos tiempos de la era digital. Proponen unos sistemas de aprendizaje de idiomas a través del juego y la computación afectiva.

Ejemplo de ello son las actividades con formas y colores, vídeos con profesores reales, canciones con letras pegadizas… Lo importante es captar y retener su atención. De esta forma conseguir que se familiaricen con el nuevo idioma.

Tecnología y bilingüismo

Tecnología y bilingüismo

Otro sistema innovador para el aprendizaje es la computación afectiva: que consiste en adaptar la experiencia del juego según el estado emocional del alumno, indicado por medio de los gestos faciales y señales auditivas. Esta tecnología detectará el estado anímico y emocional de los niños en cada momento: aburrimiento, concentración, felicidad, confusión. Son señales del cuerpo que hasta entonces ignorábamos a la hora de enseñar y que se ha probado que transmiten datos e información muy relevante.

En consecuencia, las aplicaciones y plataformas más innovadoras utilizan este sistema para adaptar la lección en cada momento al niño, de forma que consiguen que el infante vuelva a concentrarse, a divertirse y, en definitiva, a aprender.

Algunas de estas aplicaciones se basan también en el machine learning, es decir, el contenido se adapta dinámicamente al nivel de cada usuario gracias a un algoritmo diseñado a partir de inteligencia artificial. Así, a medida que el niño juega y según vaya acertando o errando, el algoritmo readapta el contenido del curso a su nivel.

Hay diversas aplicaciones móviles muy recomendables, en especial me decanto por Lingokids entre toda la variedad existente, además de trabajar con las dos plataformas móviles más grandes (iOS o Android) he encontrado que van desde una opción básica y gratuita hasta la premium en donde tienen profesores que dan clases on line en pequeños grupos de 3 a 4 niños en donde la única forma de comunicarse y entablar amistad con los otros pequeños es por medio del idioma.

Debemos abrir paso y recibir con los brazos abiertos las innovaciones tecnológicas para la enseñanza y aprendizaje, si al fin y al cabo se basan en conceptos que muchas veces se olvidan en la enseñanza en persona: adaptarse al nivel del niño, adaptarse a sus necesidades según su estado emocional, mantener su atención y conseguir que vean el aprendizaje como algo divertido.

 

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